Introducción I y II
¡Om! Tras inclinarnos con reverencia ante Narayana y Nara, supremos entre los hombres, y también ante la diosa Saraswati, debemos decir: ¡Victoria!.
¡Om! Tras inclinarnos con reverencia ante Narayana y Nara, supremos entre los hombres, y también ante la diosa Saraswati, debemos decir: ¡Victoria!.
UN SABIO POETA HA OÍDO RECITAR EL MAHABHARATA
UGRASRAVA (4), hijo de Lomaharshana (5), también llamado Sauti, era un gran poeta y orador, conocido por sus maravillosos relatos de historias sagradas. En una ocasión, se dirigió al bosque sagrado Naimisha donde el erudito rey Saunaka, ayudado por sabios ascetas, realizaba un ritual védico de doce años de duración. Inclinándose humildemente, Sauti se acercó a aquellos ascetas, los cuales, al verle llegar a su recluida morada en la selva, se dirigieron al él deseosos de escuchar las maravillosas historias del gran Sauti. Éste, juntando las palmas de sus manos, saludó a aquellos sabios y se interesó por los progresos de su ascetismo.
Cuando todos los ascetas se hubieron sentado de nuevo, el hijo de Lomaharshana humildemente ocupó el asiento que se le había preparado. Viendo que el invitado se encontraba cómodo y descansado de su largo camino, uno de los Rishis (6) comenzó la conversación preguntándole:
— ¿De dónde vienes, venerable Sauti, y en qué sitios has estado? Cuéntanoslo todo. Ante esta pregunta, el elocuente Sauti, sentado en medio de aquella gran asamblea de ascetas contemplativos, dio una respuesta acorde con el modo de vida de aquellos santos:
— He estado en el Sacrificio de las Serpientes celebrado por el sabio rey Janamejaya, donde escuché las extraordinarias historias sagradas del Mahabharata, compuesto por Krishna Dwaipayana (7), y que fueron recitadas en su totalidad por su discípulo Vaisampayana en presencia de aquel gran rey. Después, recorrí diversos lugares y visité aguas sagradas y santuarios. Fui al país venerado por los renacidos y llamado Samantapanchaka donde antiguamente se libró la batalla entre los Kurus y los Pandavas. Tras eso, deseando veros a todos vosotros, a los que considero sabios auto-realizados, he venido a este lugar donde brilláis con el esplendor del fuego solar. Ya que habéis terminado por hoy vuestros cánticos y habéis alimentado el fuego sagrado, podéis tomar un descanso. Decidme pues, ¿de qué deseáis que os hable? ¿Queréis que os cuente las edificantes historias sagradas de la antigüedad? ¿Queréis que os hable de los principios universales de justicia, o quizás queréis que os relate los hechos de los ilustres santos y soberanos de la humanidad?
El rishi respondió:
— Deseamos oír la historia llamada Bharata compuesta por el maravilloso Vyasa (8) tal como se la oíste contar a Vaisampayana en el Sacrificio de las Serpientes del rey Janamejaya.
LA CREACIÓN DEL MUNDO
ENTONCES Sauti dijo:
— Primeramente rendiré homenaje al ser primordial Isana, fuente de todo lo que existe, el ser primordial Absoluto, el Único, Brahma, perceptible, imperceptible y eterno; que es a la vez existente y no existente; que es el universo y a la vez trasciende el universo existente y no existente; Creador, Anciano, Inexhaustible; que es venerado como Vishnu, benefactor y beneficencia, puro e inmaculado. Ante Él me inclino con reverencia.
»Os contaré el poema compuesto por el gran santo, venerado y honrado por todos, el ilustre y sabio Vyasa cuyo brillo es ilimitado. Algunos poetas han cantado ya este poema. Otros lo enseñan a sus discípulos y otros lo recitarán en el futuro. Es una gran fuente de conocimiento establecido sobre los tres mundos.
»En este mundo, cuando estaba desprovisto de luz y envuelto en las tinieblas, apareció como la primera causa de la creación un enorme huevo, la inextinguible semilla de todos los seres creados, formado al principio del Yuga y llamado Mahadivya (9). En él estaba la verdadera luz Brahma. De este huevo surgió Prajapati, Señor de las criaturas, con Suraguru y Sthanu. Después aparecieron los veintiún Señores de la creación, que son: Manu, Vasishtha, Parameshthi; los diez Prachetas, Daksha, y los siete hijos de Daksha. Después apareció el universo con su alma inmensa, los Viswe devas, los Adityas, los Vasus, y los gemelos Aswins; los Yakshas (10), los Sadhyas (11), los Pisachas, los Guhyakas, y los Antepasados. Después surgieron los más santos Brahmines, y numerosos reyes sabios dotados de las más nobles virtudes. Después apareció el agua, los cielos, la tierra, el aire, el cielo, los años, las estaciones, los meses, el día y la noche. Y así surgieron todas las cosas conocidas por el hombre.
»Y todo lo que se ve en el universo, animado o inanimado, al final del mundo y a la expiración del Yuga de nuevo desaparecerá. Y al comienzo de otros Yugas todas las cosas serán renovadas. Y así como los diversos frutos de la tierra se suceden en el debido orden de sus estaciones, así continuará perpetuamente girando en el mundo, sin principio ni fin, esta rueda de la existencia que causa el origen y el fin de todas las cosas.
»El total de los Devas (12) creados es treinta y seis mil trescientos treinta y tres. De los antiguos Vivaswans (13), Mahya fue el más joven. Su hijo fue Devavrata (“entregado a los dioses”). Éste tuvo a Suvrata (“estricto en el cumplimiento de su deber”) el cual tuvo tres hijos: Dasajyoti (diez luces), Satajyoti (cien luces), y Sahasrajyoti (mil luces), cada uno de los cuales produjo numerosos descendientes. De ellos descienden las familias de los Kurus, de los Yadus, y de Bharata; la familia de Yayati y la de Ikshwaku; también todos los Rajarishis. Numerosas fueron las criaturas engendradas, todas las cuales son lugar de residencia del Ser.
»El misterio de la Trinidad, los Vedas, el Yoga, el Dharma, Artha y Kama, así como las reglas de buena conducta de la humanidad e historias y discursos de tonos varios, todo lo cual fue contemplado por el Rishi Vyasa, se halla en este libro.
»Vyasa enseñó este ingente conocimiento tanto en forma abreviada como en forma detallada. Es deseo de los eruditos del mundo el poseer ambas formas. Algunos leen el Bharata desde el mantra o invocación inicial, otros comienzan con la historia de Astika, otros con la de Uparichara, mientras que algunos Brahmanas lo estudian en su totalidad. Muchos hombres ilustres muestran su conocimiento realizando comentarios de esta obra. Algunos tienen el don de saber explicarla mientras que otros tienen el don de recordarla íntegramente. »
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(4) “Ugrasrava”, literalmente “voz poderosa”.
(5) “Lomaharshana”, literalmente “pelos de punta”. Se cuenta que siendo discípulo de Vyasa, tan bien había aprendido todas las historias que cuando Vyasa se las oyó contar, se le pusieron de punta todos los pelos de su cuerpo. Por ello llamó a este discípulo Lomaharshana.
(6) Rishi: Sabio, vidente. Hombre inspirado o iluminado. Sabio que no necesita el aislamiento como el Sanyasi. Los rishis son el arquetipo de la Meditación externa. Contactan con “lo humano” y además son muy pedagogos. Pueden tener esposa e hijos. Entre los 7 grandes Rishis se encuentran Valmiki, Narada, Vasistha, etc.
(7) “Krishna Dwaipayana”, literalmente “El moreno nacido en una isla”.
(8) “Vyasa”, literalmente “El Compilador”, nombre por el que se conoce a Krishna Dwaipayana en referencia al hecho de que, según la tradición, fue él quien compiló los Vedas.
(9) Maha: Gran, Divya: Brillo divino (fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Divya_(name)).
(10) Yaksha: Espíritu Elemental, gnomo.
(11) Sadhyas: Devas del espacio intermedio.
(12) Deva: Ser celestial. Pensamiento activo de la Divinidad sin voluntad propia. Los devas son pura acción.
(13) Vivasvan o Vaivasvata (uno de los hijos del Señor Sol) - progenitor del clan. Sus padres fueron el sabio Kashyapa, padre de todos los seres, y Aditi. Los 12 hijos de Aditi, los Adityas, son las divinidades solares, y ambos nombres Vivaswan y Aditya significan sol. En consecuencia, otro de los nombres de Vivaswan es Surya o el Sol, de aquí viene el nombre, Suryavansha.