En una de las entradas anteriores (La amistad entre Drona y Draupada) se describió como Drona tomó venganza del rey Draupada, humillándolo
y despojándolo de la mitad de su reino. El rey Draupada partió vapuleado hacia
lo que le quedó de sus otrora grandes dominios, pero jurando en el camino que
eso no se iba a quedar así.
Entonces planeó tener un hijo que naciera solo para asesinar
a Drona, y para ello, realizó una ceremonia conocida como “Sacrificio del
Fuego”. En determinado momento, del fuego mismo surgió un niño, que fue llamado
Dhristadyumna, y del altar del sacrificio surgió una niña, Draupadi. Y en
efecto, tiempo después, en la gran guerra, el hijo de Draupada, Dhristadyumna,
cegó la vida del gran maestro Drona. Pero este post está dedicado a la hija,
Draupadi.
Mientras la niña Draupadi crecía en el palacio de su padre,
los 5 Pándavas y su madre, Kunti, estuvieron condenados a la pena de destierro
por 13 años, después de los cuales podrían regresar a su país. Sin embargo, el
decimotercer año lo vivieron en el poblado llamado Ekachakra, pero disfrazados
de brahmines, para esconder su condición real y no ser denunciados ante
Duryodhana, su primo y enemigo mortal, que de encontrarlos libres antes de
completar los trece años, según la condena, los hubiera condenado a otros trece
años de destierro.
En Ekachakra los Pándavas se alojaban en la casa de un
piadoso brahmín y salían todos los días a pedir limosna, pues por ser de linaje
real, de acuerdo con las normas de su particular cultura, les estaba vedado
realizar cualquier trabajo manual. Llegaban siempre ante su madre, Kunti, con
suficiente alimento con que pasar sus días en santa paz. Y Kunti siempre les decía, incansable, que todo
lo que recibieran de limosna, deberían repartirlo entre todos. Aquí, en este
poblado, ocurre lo narrado en un otro post anterior (Bhima mata al Rakshasa deEkachakra).
Uno de aquellos días en Ekachakra, llegó un brahmín en su
recorrido por el mundo, y en amena conversación les narra muchas maravillas y
noticias de los lugares por los que ha pasado, y dentro de las noticias, les
cuenta que el rey de Panchala, Draupada, estaba organizando una ceremonia de
Swayamvara, que consiste en que una princesa escoge a su esposo entre todos los
príncipes en edad de merecer. El rey Draupada, pues, está invitando al
Swayamvara para su sinigual hija, Draupadi.
No sobra mencionar que Draupadi era un ser sumamente
especial, empezando por su nacimiento, que la emparentaba con los dioses. Su
inteligencia era asombrosa, su belleza no tenía igual en toda la tierra, y no
hay palabras que la puedan describir, así sea someramente, no hay lugares
comunes para evocarla. Entonces nos limitaremos a decir que es la principal
mujer del Mahabharata, que no es decir poca cosa, pues otras mujeres como Satyavati,
Kunti, Madri, y Gandhari, tienen una grandeza difícil de igualar.
Volviendo al Swayamvara, Arjuna, el tercer hijo de Kunti,
decide participar en la ceremonia, y así, tal cual han vivido en Ekachakra,
disfrazados de brahmines, parten los 5 príncipes Pándavas hacia el reino de
Panchala. El acto más importante de la ceremonia, es el de la exhibición que
hacen los príncipes de sus habilidades guerreras para impresionar a la
princesa. En el Swayamvara de Draupadi, la prueba era acertar con la flecha en
un blanco móvil, observándolo en el reflejo de aceite aposado en un recipiente.
Tal prueba no fue superada por ninguno de los príncipes que
deseaban casarse con Draupadi. Sin embargo, en determinado momento llegó
Arjuna, a quien nadie reconoció, pues veían a un humilde brahmín. Pero este
joven humilde tensó la poderosa cuerda del arco, apuntó la filosa flecha y acertó
en el blanco mirándolo en el reflejo del aceite.
Por tratarse de un joven humilde, los encumbrados príncipes
participantes no pudieron creer lo que había sucedido y se sintieron ofendidos;
trataron, entonces, de hacerle daño a Arjuna, pero este y sus hermanos, pronto
los hicieron morder tierra. El rey Draupada no entendía cómo este joven brahmín
había superado a príncipes que habían tenido la más excelente educación, pero
sospechaba que podía tratarse de alguien muy especial. Inclusive, sospechaba
que podía tratarse del mismo Arjuna. Entre tanto, la gran princesa Draupadi,
feliz y sin dudar un instante, puso el collar de flores en el cuello de Arjuna,
señal de que era el elegido. El rey Draupada, por su parte, bendijo esta unión.
Así, pues, los Pándavas partieron del reino de Panchala con
destino a Ekachakra, llevando a la joven y feliz pareja. Cuando llegaron a
donde su madre, Kunti, uno de ellos le dijo medio en broma: “Adivina qué
trajimos, madre”, refiriéndose a Draupadi. Kunti, que no los veía pues estaba
ocupada en alguna otra cosa, respondió que imaginaba que habían traído limosnas,
y, por tanto, les ordenó que la compartieran entre ellos.
Aquí hay que mencionar que Kunti jamás había dicho una
mentira, razón por la que sus palabras tenían poder. Tampoco sus palabras podían
desdecirse, pues no eran palabras vanas. En general, se acepta que alguien que
tenga ese nivel de grandeza espiritual, tiene lo que en el cristianismo se
conoce como la “palabra viva o palabra de vida”. Así, pues, cuando Kunti,
engañada por la pregunta, dice que la compartan entre ellos, no hay vuelta
atrás.
Entonces Draupadi, su padre, y los Pándavas, toman consejo
de Vyasa, abuelo de estos últimos y a la vez compilador del Mahabharata, quien
despeja las dudas morales que puedan tener los involucrados, y es así como
Draupadi se convierte en la mujer de los 5 héroes. Ella es un personaje a la
altura del Mahabharata: grandiosa, asombrosa, controvertida, fuerte y dura como
un diamante y suave y delicada como una flor. Draupadi nos deja sin palabras
las más de las veces.
Cuando surgió del altar del sacrificio del fuego, se escuchó
una voz del cielo que decía: “Esta mujer está destinada a ser la ruina de
muchos reyes. Llegado el momento, esta dama de fino talle consumará la misión
de los dioses. Por su causa se extenderá el temor entre los regentes de la
tierra”.
Pero no debe pensarse que “la ruina de muchos reyes” se
refiere a nuestros cánones occidentales de Hollywood: que todos querían
poseerla, que era mujer fatal, etc. No. Estamos al menos 6 mil años antes de
Cristo y Draupadi será la ruina de muchos reyes porque ella es una con los 5
Pándavas, como el puño y los 5 dedos.