Introducción VII
LA ENCARNACIÓN DE LAS PRIMERAS GENERACIONES
LA ENCARNACIÓN DE LAS PRIMERAS GENERACIONES
(Adivansavatarana Parva)
SAUNAKA dijo:
— ¡Oh hijo!, has narrado los orígenes de esta gran historia comenzando por el origen del mundo y cómo fué concebida y compuesta por el gran Krishna-Dwaipayana. También habéis recitado un resumen de la historia y los contenidos de esta gran obra dividia en cien libros. ¡Oh hijo de Suta!, tus narraciones son muy gratificantes, pero permíteme que te pida de nuevo la historia completa compuesta por Vyasa.
Sauti dijo:
— Os recitaré desde el principio la gran y excelente historia llamada Mahabharata compuesta por Vyasa. Escuchad con atención; es para mí un gran placer recitárosla. »
Cuando Vyasa supo que el rey Janamejaya estaba realizando el sacrificio de las serpientes, se dirigió hacia aquel recinto ceremonial junto con sus discípulos. Al verle llegar, el rey, lleno de alegría, salió a su encuentro junto con su comitiva; y con la aprobación de los sacerdotes, le ofreció un trono dorado. Y cuando el rishi se hubo sentado, el rey se postró ante él mostrándole sus respetos según está indicado en las escrituras. Le ofreció agua para lavarle los pies, agua fresca para refrescar su boca, y luego un regalo y una vaca. Vyasa se sintió muy complacido con esas ofrendas, que aceptó gustoso, y ordenó que se dejase la vaca en libertad. Al terminar esta adoración ritual, que fue repetida por todos los sacerdotes del rey, éste se inclinó ante su tataratatara abuelo y se sentó en su trono lleno de gozo. Entonces, Vyasa se levantó y a su vez presentó sus respetos al rey y a todos sus sacerdotes, tal como ellos lo habían hecho antes con él.»
Después de esto, el rey Janamejaya se dirigió respetuosamente a Vyasa y le dijo:
—Tú has visto con tus propios ojos los hechos de los Kurus y los Pandavas. Por favor, cuéntame en detalle todo lo que ocurrió.
»Entonces Vyasa, dirigiéndose a su discípulo Vaisampayana, que estaba sentado a su lado, le dijo: “Cuéntale al rey las viejas disputas entre Kurus y Pandavas tal como me las has oído contar a mí.”
»Vaisampayana dijo:
—Primeramente me inclino ante mi maestro con recogimiento de mente y espíritu, y honro a todos los brahmines y a todos los presentes. Alteza, vos sois digno de oír esta historia que yo he recibido de mi maestro y me siento feliz de recitárosla.»
Escuchad cómo surgió la disputa sobre el reino a raiz de un juego de dados, cómo se produjo el exilio de los Pandavas a los bosques y cómo, después, se produjo la guerra que destruyó el mundo:
»Cuando el padre de los Pandavas hubo muerto, sus hijos volvieron a su hogar. Y viendo los Kurus la destreza, inteligencia y popularidad de los Pandavas, comenzaron a tener envidia de ellos. Entonces Duryodhana, con su tío Sakuni, comenzó a perseguirles y a planear medios para deshacerse de ellos. Guiado por los consejos de Sakuni, Duryodhana persiguió a los Pandavas de varias formas con el propósito de adquirir la soberanía indiscutible. Intentaron envenenar a Bhima, pero no lo consiguieron porque Bhima tenía una fortaleza extraordinaria y el veneno no consiguió matarle. Ataron a Bhima mientras dormía y le tiraron al río, pero Bhima se despertó y con sus fuertes brazos rompió las ataduras y pudo salir del río. En todos esos ataques el sabio Vidura se mantenia atento para neutralizar los designios de los Kurus y rescatar a los Pandavas.
»Cuando Duryodhana, se encontró incapaz de destruir a los Pandavas ni por ataques abiertos ni por estratagemas secretas, se reunió con su hermano Dussasana y otros, y con la aprobación de Dhritarashtra hizo construir una casa de laca. Después de conseguir que Dhritarashtra enviase a los Pandavas a vivir allí, Duryodhana comenzó a hacer arreglos secretos para conseguir quemarles a todos en ella; pero avisados de esos planes por Vidura, los Pandavas consiguieron escapar mediante un túnel construido para tal fin.
»Algún tiempo más tarde Arjuna tuvo ocasión de salvar la vida del gran arquitecto asura llamado Maya. En agradecimiento por haberle salvado la vida, Maya construyó para los Pandavas un extraordinario salón de recepciones, a imagen de los palacios celestiales, adornado con todo tipo de joyas y piedras preciosas. Cuando Duryodhana, contempló aquel maravilloso edificio, su envidia le tentó con el deseo de poseerlo. Entonces, engañó a Yudhishthira por medio de un juego de dados jugado por el hábil Sakuni y Duryodhana consiguió enviar a los Pandavas al exilio durante trece años.
»Cuando hubo terminado el decimotercer año, los Pandavas regresaron y reclamaron su propiedad. Y al no recibirla, se produjo la guerra. Los Pandavas exterminaron la raza entera de Kshatriyas y mataron al rey Duryodhana, retomando de nuevo el reino que para entonces había quedado devastado por la guerra.
»Tal fue la gesta de aquellos hombres de acciones inspiradas por los más altos principios y que nunca actuaron bajo la influencia de las bajas pasiones: La Disputa, la Pérdida del Reino y el Triunfo Final».