domingo, 10 de febrero de 2019

Drona Llega a Hastinapura

Libro I - Adi Parva - Capítulo XVIII

BHISHMA había asignado a Kripa la labor de educar a los príncipes en el uso de las
diferentes armas. Había sido criado en la corte del rey Santanu, el cual le había
encontrado en el bosque junto con su hermana melliza un día que había salido de
caza. Compadeciéndose de ellos, los trajo al palacio y les puso los nombres de Kripa,
a él, y Kripi a su hermana. Eran hijos del gran Gautama. Kripa había aprendido a
usar las armas y Bhishma pensó que él era la persona adecuada para hacer de tutor
de los jóvenes príncipes. Por lo cual, los hijos de Dhritarashtra, los hijos de Pandu,
y los jóvenes príncipes de la casa de los Vrishnis, Bhoja y Andhaka que vinieron a
Hastinapura aprendieron de Kripa el uso del arco y otras armas de guerra. Cuando ya
habían aprendido suficiente, Bhishma pensó que deberían recibir un entrenamiento más
especializado de un maestro más capacitado.

Un día los muchachos estaban jugando a la pelota. Y ocurrió que jugando se les
escapó la pelota y fue a parar al fondo de un pozo cercano. Los muchachos se quedaron
algo frustrados ante tal contratiempo, pues ya no podían seguir jugando. Pero un hombre
que les observaba desde cierta distancia, viéndoles confusos, se les acercó y les dijo:
—Evidentemente no conocéis el uso del arco y la flecha pues si supieseis usarlos no
habría razón para estar tan desalentados. Los jóvenes, un poco ofendidos, le contestaron:

—Sí que sabemos. Además, ¿qué tiene que ver eso con nuestra pelota?

—Os mostraré —dijo el extraño, y sacándose el anillo del dedo lo tiró dentro del pozo,
poniendo a continuación una flecha en su arco. Los muchachos le miraban con ojos de
asombro. El hombre la disparó rápidamente atravesando el anillo y clavándola luego
en la pelota. A continuación siguió disparando flechas que sucesivamente se fueron
clavando unas en otras hasta formar una hilera, luego, tirando de ésta, les devolvió
la pelota a los muchachos y se puso el anillo en el dedo otra vez. Los muchachos se
quedaron atónitos, pues jamás habían visto cosa igual y llenos de admiración por aquel
extraño le dijeron:

—Por favor dinos quién eres. El extraño les sonrió y les dijo:

—Id y decidle a Bhishma, vuestro abuelo tutor lo que ha pasado aquí. Él sabrá quién
soy.

Los muchachos fueron corriendo al palacio de Bhishma y le contaron lo que había
hecho aquel hombre maravilloso. Bhishma enseguida supo quien era. No podía ser otro
más que Drona, el esposo de Kripi. El gran Bhargava había sido su maestro en el uso del
arco. Era el hijo de Bharadwaja, el gran sabio.

Bhishma sintió que por fin había llegado el tutor apropiado para aquellos muchachos.
Fue a toda prisa a encontrarse con Drona y con el debido honor le dio la bienvenida a
Hastinapura.

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