Eran tres princesas: Amba, Ambika y Ambalika. Su padre, el rey de Kasi, había organizado una ceremonia conocida como “swayamvara”, en la que se realizaba la escogencia por parte de las mujeres de su futuro esposo. Así que al swayamvara del rey de Kasi estaban invitados todos los príncipes y reyes casaderos de la Gran Bharata (antigua India), excepto los del reino de los Kurus. El regente de este reino de los Kurus, se llamaba Bhishma, quien tenía dos hermanastros mucho menores que él, y que estaban destinados a reinar.
Al saber Bhishma que sus
hermanastros no habían sido invitados al swayamvara de Kasi, montó en cólera y
entonces asistió él mismo a la ceremonia. Una vez allí, delante de todos los
asistentes raptó a las tres princesas. Los príncipes y reyes presentes se
sintieron ofendidos y burlados y salieron tras Bhishma que se llevaba a las
tres chicas. Bhishma los enfrentó a todos él solo y los derrotó en una batalla
relámpago.
Una vez en su reino, las entregó
como esposas a sus hermanastros, pero Amba se negó, alegando que instantes
antes de ser raptada, ya había escogido a su príncipe. Enterado, Bhishma le
permitió marchar a su reino. Pero una vez allí, cuando Amba se presentó al príncipe que había elegido,
este la despreció, alegando que al haber sido raptada, Amba ahora le pertenecía
a Bhishma.
Descorazonada volvió a donde
Bhishma y después de explicarle su situación, le dijo que estaba dispuesta a
que él la hiciera su esposa. Pero Bhishma (por razones que en otro capítulo de
estos resúmenes se contarán), había prometido ser célibe de por vida, así que
le dijo a Amba que lo sentía mucho, pero que él no se desposaría con ella ni
con ninguna otra mujer.
Habiendo perdido al príncipe
que amaba, luego habiéndose negado a casarse con uno de los hermanastros de Bhishma,
y ahora rechazada por este, Amba había quedado en una situación terrible, pues
ya ningún hombre la aceptaría. Y en aquellas épocas y en su cultura particular,
esto era lo peor que podía sucederle. Entonces surgió en ella un rencor contra
Bhishma, que en poco tiempo se convirtió en el odio más grande que en esta
historia del Mahabharata se haya contado.
Recorrió el mundo
preparándose para asesinar al que le había dañado su vida. Fue a todos los
reinos que pudo y solicitó ayuda para su cometido, realizó oraciones,
sacrificios, y mil cosas más, con tal de vengarse de quien le había hecho un
mal peor que la misma muerte. Pero todo fue en vano. Los reyes y príncipes se
negaban a ayudarla, pues Bhishma era el hombre más poderoso de la tierra y le
temían. Además, por su terrible voto de castidad, le había sido otorgado el don
de morir solo cuando él lo deseara y no antes. Desesperada, pero no derrotada,
Amba se internó en el bosque durante largo tiempo a realizar austeridades
extraordinarias.
Entonces el Señor Siva se
fijó en ella y decidió ayudarla: “Podrás vengarte pero no en esta vida, sino en
la próxima”, le dijo el Señor. De inmediato Amba encendió una pira y se lanzó
en ella.
Renació pocos años después como
la hija del rey Draupada y se llamó Sikhandini. Siendo mujer, no obstante
actuaba y vestía como hombre, y así pudo estudiar las artes de la guerra. Con
el tiempo, un Rakshasa (demonio), le ayudó a cambiar de sexo y entonces se
convirtió en el guerrero llamado Sikhandi.
El reino de los Kurus se
había dividido entre los Pándavas y los Káuravas. Cuando estalló la guerra,
Sikhandi estaba del lado de los Pándavas, entre los cuales estaba el Señor
Krishna, Arjuna, Vrikodara, Yudhishthira, etc., y se enfrentarían a los
Kauravas, cuyo comandante era el abuelo de todos, el invencible Bhishma en
persona.
La guerra comenzó y Bhishma,
que por si fuera poco no podía ser muerto, estaba diezmando con sus ejércitos a
los Pándavas, cuya situación era desesperada. Pero el destino les ayudó, pues a
pesar de su edad, y de que aún era el hombre más fuerte del mundo, Bhishma se
sentía cansado de la vida y de la guerra, y les dijo a los Pándavas que podrían
matarlo si una dama lo enfrentaba en combate, pues él no atacaría a una mujer.
Entonces Arjuna, el
principal de los guerreros Pándavas, pidió a Sikhandi que fueran ambos a
enfrentar al patriarca y que en determinado momento Sikhandi se interpusiera
entre él y Bhishma. Cuando el abuelo vio en frente suyo a Sikhandi, por su
visión espiritual reconoció que era Amba y entonces bajó las armas. Las flechas
de Amba y Arjuna lo destruyeron. La venganza de Amba estaba consumada.
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