Envidia: la más grande asesina de la sabiduría y la riqueza
Por U. Mahesh Prabhu – Publicado en Vedic Management Center
Los videntes védicos sugieren seis cualidades negativas o Arishadvargas, que enraizadas en la persona, pueden destruirla. Estas son: Kama (lujuria), Krodha (ira), Lobha (codicia), Moha (obsesión), Mada (ego) y Matsarya (envidia). Todas las historias de origen védico nos cuentan como una sola de esas cualidades negativas puede llevar a desastrosas consecuencias.
En el Mahabharata, después de que el reino de los Kurus fue dividido entre los cinco hijos de Pandu y los cien de Dhritrarashtra, la tierra menos productiva fue la entregada a los Pandavas. Duryodhana, el mayor de los hijos de Dhritarashtra, confiaba que con ese infeliz pedazo de tierra, los Pandavas no lograrían nada. Sin embargo, con el sabio consejo de Krishna, los Pandavas fueron extremadamente exitosos en convertir el aparentemente improductivo pedazo de tierra llamado Khandavaprastha en otro sumamente fértil llamado Indraprastha (la Delhi de hoy). Pero los Pandavas no se detuvieron allí. Buscando la excelencia, organizaron un formidable ejército y conquistaron los reinos vecinos, hasta que lograron un soberbio imperio. Para celebrar sus triunfos en todos los rincones de la tierra, los Pandavas organizaron una fastuosa ceremonia. Al evento fueron invitados hasta sus archienemigos, los cien hijos de Dhritarashtra. Al observar el poder de los Pandavas y la magnificencia de sus ciudades, Duryodhana perdió la tranquilidad. Lleno de envidia, se sentía amilanado.
Cuando Shakuni, el tío materno de Duryodhana, le preguntó qué le sucedía, Duryodhana respondió: “¿Quién puede estar contento con el éxito de otros, particularmente si son sus propios enemigos?” Al escucharlo, Krishna sonrió y replicó: “No es fácil, Duryodhana, aceptar el éxito de nuestros familiares y amigos, mucho menos el de nuestros enemigos. Como quiera que sea, cuando somos incapaces de aceptar y mostrar gracia, quiere decir que estamos infestados de envidia, la suprema causa del caos en el hombre. Grandes santos y videntes a veces han fallado aquí. Pero debes saber que esa envidia hace de tu vida un verdadero infierno. Debes estar alerta. Deja de compararte con otros, pues eso no tiene sentido. Compararnos con los demás y actuar sin sabiduría, es el camino seguro a la ruina”.
Estas palabras sabias que dijo Krishna a Duryodhana, no le hicieron el menor efecto y, naturalmente, esta fue la razón para que, eventualmente, se iniciara una gran guerra en la que perecieron millones. No importa si el Mahabharata es historia o mitología, lo que importa es su sabiduría; el texto de Vyasa está lleno de una riqueza insuperable de sabiduría. Al leer la historia de la humanidad y ver la razón por la cual los déspotas subyugan a su propio pueblo, el poderoso aplasta al débil, el rico pisotea al pobre y el pobre injuria al acaudalado, entendemos que todo comienza con la envidia y termina en el caos.
La envidia es nociva. Es una parodia que nuestros sistemas de educación prediquen la envidia casi como si fuera buena. Puesto que el sistema educativo está basado en la lógica de comparar el logro de unos con el de otros, de manera significativa se aprovecha de esto a cada paso. Cuando vemos que alguien está haciendo las cosas mejor que nosotros, comenzamos a tener envidia y hacemos cosas para demostrarles lo contrario. Hacemos trampa, engañamos y contra-argumentamos casi a todo, sin dejar que la sabiduría prevalezca. La envidia puede hacer que dañemos a nuestros adversarios, y lo que es peor: en todo momento tendremos esa envidia en nuestra mente, entonces estaremos viviendo en el infierno.
Hay algunos que argumentan en favor de las “virtudes” de la envidia. “Si no fuera por la envidia, no podríamos ver competencias”, dicen. Pero para competir usted no necesita tener envidia. Podemos jugar con un niño, perder, y no sentir nada al respecto; por el contrario, nos sentimos felices porque esto de alguna manera posibilita el sentido de ‘logro’ en el infante.
¿De qué sirve alimentar con envidia nuestras mentes, incluso en los negocios? Si alguien gana más dinero, tengamos la gracia de apreciarlo y desearle suerte. Aprendamos de ellos, en lugar de menospreciarlos por completo. Sin la envidia, solo tendremos paz. Con la paz, obtenemos claridad. Mediante la claridad, vemos nuestros verdaderos objetivos y usamos nuestros recursos solo para lograrlos. Mediante la paz, el éxito deja de ser solo un resultado o una meta, y se convierte en el viaje mismo. Y en un viaje tal, ¿qué cosa será difícil de lograr?
Fuente: Vedic Management Center