viernes, 1 de marzo de 2019

El deseo de venganza de Drona

Libro I - Adi Parva - Capítulo XIX

EN tiempos de su infancia Drona fue compañero e íntimo amigo de Drupada, el príncipe del reino Panchala. Vivían juntos como estudiantes en una ermita. Y en un momento de afecto Drupada le dijo a Drona:

—Eres en verdad mi amigo íntimo. No quiero que nuestra amistad acabe aquí en esta ermita. Soy el heredero del trono de los Panchalas y cuando yo sea rey te tendré conmigo y podremos ser amigos durante toda la vida.

Los años pasaron y Drona se casó con Kripi de la cual tuvo un hijo a quien llamó Aswatthama. La ambición de Drona era convertirse en el mejor de los arqueros de su época. Así que recurrió al gran Bhargava el cual en veintiuna ocasiones había dado la vuelta al mundo destruyendo a los kshatryas. Éste recibió a Drona con afecto y le dijo:

—¿Qué puedo hacer por ti?.

Drona se presentó y le dijo:

—Deseo riquezas.

—Yo no tengo riquezas —dijo Bhargava—, la única pertenencia que me queda es mi cuerpo, soy muy pobre. Drona sonrió y le dijo:

—Mi señor, quiero esa riqueza que tú tienes dentro tuyo, eres el maestro supremo en el uso del arco: quiero ser tu discípulo y aprender de ti.

—Eso es fácil —dijo Bhargava—, te aceptaré como mi discípulo. 

Cuando ya era un maestro y había alcanzado el poder sobre todos los astras, Drona regresó junto a su familia. Su hijo era entonces muy pequeño y estaban en la pobreza total. En una ocasión el niño se acercó a su madre y le dijo:

—Madre, todos mis amigos me hablan de algo que se llama leche, yo quiero de eso, dicen que es muy bueno.

La pobre mujer no sabía qué hacer, pues no tenía medios para satisfacer el deseo de su hijo. En cuanto se lo dijo a Drona éste se puso muy triste. Pero fue entonces cuando se acordó de la amistad que le unía a Drupada, el príncipe Panchala, y le contó a Kripi la promesa que aquél le había hecho.

—Vayamos a la corte de los Panchalas —dijo Drona—, Drupada es ahora el rey; seguro que nos sacará de la miseria librándonos de nuestra pobreza. —Y los tres emprendieron camino rumbo al país de Panchala.

Drona fue a la corte de Drupada y solicitó una audiencia con él. Cuando por fin fue recibido le dijo:

—Yo soy Drona, tu compañero de infancia. Supe que habías sido nombrado rey y por eso he venido. ¿Te acuerdas de lo que me dijiste cuando vivíamos juntos en aquella ermita?. Dijiste que nuestra amistad duraría para siempre y me prometiste que compartirías tu reino conmigo cuando fueras rey. Yo no quiero tus tierras ni tus riquezas, sólo he venido a ti como un amigo para estar contigo. Permanezcamos juntos para siempre.

Drupada había cambiado mucho. Ya no era la misma persona que hacía años había hablado tan dulcemente con Drona. Sus riquezas y el hecho de ser rey, le habían convertido en una persona orgullosa. Ebrio de poder se rió de Drona y le dijo:

—Me hace reír oírte hablar así; un pobre brahmín de quien fui amigo en mis tiempos de estudiante reclamándome ahora su amistad. ¿Acaso no sabes que la amistad sólo es posible entre dos iguales? Sólo dos pobres pueden ser amigos, e igualmente sólo dos ricos pueden ser amigos. Esta extraña amistad a la que te refieres no puede existir, es sólo un sueño. Por favor vete de aquí y no vuelvas a molestarme con tus cuentos de una fantasiosa promesa hecha hace ya mucho tiempo.

Drona, tras aquel insulto permaneció en silencio por unos momentos, y luego se dio media vuelta y se fue enfurecido sin decir una sola palabra. En esos momentos de silencio, Drona había decidido que en el futuro habría de vengarse de ese rey arrogante cuyo orgullo le había cegado hasta el punto de olvidarse de su promesa, insultándole en cambio.

Así pues, como venganza, Drona decidió entrenar a un joven kshatrya en el uso del arco, para ser el instrumento mediante el cual él vería realizado su sueño. Y se puso en camino de Hastinapura. Había oído que Kripa, el hermano de su esposa, era el tutor de los jóvenes príncipes de la casa de los kurus, y sintió que por ahí había una posibilidad de ver realizada su venganza.

Drona estaba muy contento por la forma en que Bhishma le había recibido a su llegada a Hastinapura. Le contó el insulto que había recibido del rey Drupada y su deseo de venganza mediante un joven arquero a quien él quería entrenar personalmente.

Bhishma le dijo:

—Has llegado al lugar correcto. Soy tutor de más de un centenar de nietos deseosos de aprender a usar el arco. Me honraría y me alegraría mucho que pudieras encargarte de la tarea de entrenarles hasta hacer de ellos verdaderos kshatryas.

Drona se sintió muy complacido y aceptó la oferta. Bhishma llamó a todos los muchachos y los confió a la tutela de Drona, a quien le dijo:

—Desde hoy en adelante son tuyos. Tuya es la tarea de educarles hasta que sean hombres, verdaderos hombres.

Los años pasaron y los príncipes fueron aprendiendo el uso de las diferentes armas, llegando a ser auténticos expertos, pero Arjuna en especial se había convertido en el favorito de Drona. Su amor por el arco, su incesante práctica, su extrema paciencia y su dedicación a sus estudios y a su guru, junto con su naturaleza encantadora, se habían ganado el corazón de Drona llegando a serle más querido que su propio hijo. En una ocasión Drona le dijo a Arjuna:

—Te prometo que haré de ti el mejor arquero del mundo.

Una vez, mientras Drona se estaba bañando en el río Ganges, fue atacado por un cocodrilo, el cual le tenía cogido por una pierna. A pesar de que se hubiera podido desembarazar del cocodrilo por sí mismo, no lo hizo porque quería probar el valor de sus discípulos. Y comenzó a gritar:

—¡Salvadme! ¡salvadme de este cocodrilo!

Incluso antes de que acabara de pronunciar estas palabras, Arjuna ya había sacado una de sus agudas y rápidas flechas dando muerte con ella al cocodrilo, a pesar de que estaba debajo del agua. Drona estaba tan complacido con Arjuna que le enseñó el gran astra llamado Brahmasirsha. Le enseñó cómo lanzarlo y cómo retirarlo, advirtiéndole además sobre un detalle, le dijo:

—Este astra es demasiado poderoso para usarlo sobre ordinarios mortales. Si es lanzado en vano sobre una persona cualquiera, destruirá el mundo entero. Sólo se debe usar contra un rakshasa o contra un deva pervertido que esté causando estragos entre los hombres, sólo entonces.

Arjuna lo aceptó con gran gratitud y humildad.

domingo, 10 de febrero de 2019

Drona Llega a Hastinapura

Libro I - Adi Parva - Capítulo XVIII

BHISHMA había asignado a Kripa la labor de educar a los príncipes en el uso de las
diferentes armas. Había sido criado en la corte del rey Santanu, el cual le había
encontrado en el bosque junto con su hermana melliza un día que había salido de
caza. Compadeciéndose de ellos, los trajo al palacio y les puso los nombres de Kripa,
a él, y Kripi a su hermana. Eran hijos del gran Gautama. Kripa había aprendido a
usar las armas y Bhishma pensó que él era la persona adecuada para hacer de tutor
de los jóvenes príncipes. Por lo cual, los hijos de Dhritarashtra, los hijos de Pandu,
y los jóvenes príncipes de la casa de los Vrishnis, Bhoja y Andhaka que vinieron a
Hastinapura aprendieron de Kripa el uso del arco y otras armas de guerra. Cuando ya
habían aprendido suficiente, Bhishma pensó que deberían recibir un entrenamiento más
especializado de un maestro más capacitado.

Un día los muchachos estaban jugando a la pelota. Y ocurrió que jugando se les
escapó la pelota y fue a parar al fondo de un pozo cercano. Los muchachos se quedaron
algo frustrados ante tal contratiempo, pues ya no podían seguir jugando. Pero un hombre
que les observaba desde cierta distancia, viéndoles confusos, se les acercó y les dijo:
—Evidentemente no conocéis el uso del arco y la flecha pues si supieseis usarlos no
habría razón para estar tan desalentados. Los jóvenes, un poco ofendidos, le contestaron:

—Sí que sabemos. Además, ¿qué tiene que ver eso con nuestra pelota?

—Os mostraré —dijo el extraño, y sacándose el anillo del dedo lo tiró dentro del pozo,
poniendo a continuación una flecha en su arco. Los muchachos le miraban con ojos de
asombro. El hombre la disparó rápidamente atravesando el anillo y clavándola luego
en la pelota. A continuación siguió disparando flechas que sucesivamente se fueron
clavando unas en otras hasta formar una hilera, luego, tirando de ésta, les devolvió
la pelota a los muchachos y se puso el anillo en el dedo otra vez. Los muchachos se
quedaron atónitos, pues jamás habían visto cosa igual y llenos de admiración por aquel
extraño le dijeron:

—Por favor dinos quién eres. El extraño les sonrió y les dijo:

—Id y decidle a Bhishma, vuestro abuelo tutor lo que ha pasado aquí. Él sabrá quién
soy.

Los muchachos fueron corriendo al palacio de Bhishma y le contaron lo que había
hecho aquel hombre maravilloso. Bhishma enseguida supo quien era. No podía ser otro
más que Drona, el esposo de Kripi. El gran Bhargava había sido su maestro en el uso del
arco. Era el hijo de Bharadwaja, el gran sabio.

Bhishma sintió que por fin había llegado el tutor apropiado para aquellos muchachos.
Fue a toda prisa a encontrarse con Drona y con el debido honor le dio la bienvenida a
Hastinapura.

domingo, 28 de octubre de 2018

Satyavati y Bhishma

Libro I - Adi Parva - Capítulo 9


SATYAVATI Y BHISHMA

EL matrimonio de Vichitravirya con las dos princesas, Ambika y Ambalika, se había celebrado de acuerdo a lo decidido. Bhishma seguía cumpliendo las funciones de regente, por lo cual el príncipe pasaba todo el tiempo en compañía de sus encantadoras esposas libre de responsabilidades. Pero el destino le sorprendió de nuevo, pues el joven príncipe contrajo una enfermedad muy maligna, la cual, a pesar de los esfuerzos de los médicos consumió la vida de Vichitravirya hasta causarle la muerte.

Satyavati estaba profundamente consternada por tal calamidad. La pérdida de sus dos hijos fue muy dura para ella, pero lo que más le atormentaba era que la casa de los kurus se quedaba sin heredero al trono; esto fue lo que le rompió el corazón. Y después de pasarse horas pensando sobre la manera de reavivar la llama que se extinguía, llamó a Bhishma a su presencia y le dijo:

—Mira lo desdichada que soy, hijo mío. He perdido a mi querido señor, que ha ido a reunirse con sus antepasados. Yo podía sobrellevar esta pérdida porque él había alcanzado ya una edad avanzada y es normal que un anciano se muera. Pero luego Chitrangada murió y antes de que yo pudiera aceptar esa pérdida que casi me mata, me encuentro con la muerte de Vichitravirya. La única esperanza de la casa de los kurus ha sido destruida en la flor de la juventud. Estoy desesperada. El linaje debe ser continuado y he decidido lo que debe hacerse; sé cómo continuar la línea de los kurus. Te corresponde a ti reavivar de nuevo este linaje.

Bhishma estaba sorprendido. Le dijo:

—Madre, ¿cómo puedo yo, siendo célibe, continuar el linaje?

Satyavati le respondió:

—Mi hijo Vichitravirya murió sin dejar un hijo. Sus dos viudas, a quienes tú trajiste para él son todavía jóvenes y tienen insatisfechos los deseos de sus corazones. El único Dharma evidente para mí es éste: debes tomarlas y hacerlas madres de los futuros vástagos de la casa de los kurus. Debes hacer esto para que el linaje pueda continuar. Esta regla fue seguida por muchos de tus antepasados y es la única manera. Debes tomar las viudas de tu hermano y tus hijos serán los verdaderos descendientes de Kuru. Es tu sagrada obligación hacer esto.

Atónito por esta absurda propuesta, Bhishma le respondió pacientemente:

—Madre, estás afligida por el dolor de la pérdida repentina de tus hijos y por eso me propones tal cosa. No hay duda de que existe una regla como la que tú dices. Lo sé. Y es una regla aprobada por las costumbres, pero, madre, no me parece correcto que me pidas a mí que haga tal cosa cuando tú sabes bien que he jurado renunciar al trono y a la vida de casado. Lo hice por ti y estoy seguro de que no lo has olvidado. ¿No recuerdas el terrible juramento que hice?. Juré que en esta vida mía no habría lugar para una mujer y ahora tú me pides que tome las viudas de mi hermano. En verdad te ha afectado la muerte de tu querido Vichitravirya, de otra forma no me habrías hecho tal sugerencia. Yo estoy muy apenado por ti, pero por favor, no me pidas eso.

Satyavati dijo:

—Recuerdo bien las circunstancias en las cuales pronunciaste este voto en favor de tu padre y mío. Pero ahora las circunstancias han cambiado, pues el voto lo hiciste para que un hijo mío pudiese ser el rey. Ahora mis dos hijos han muerto, lo cual es una amenaza de extinción para nuestra raza. Es por eso que como último recurso te pido, que hagas eso. Yo soy tu madre y es tu deber complacerme, así pues debes obedecerme. Este Dharma es mucho más importante que cualquier voto que hayas hecho.

Bhishma tuvo su temperamento bajo control hasta este momento, pero no pudo contenerse más. Tal vez recordó los acontecimientos pasados como un paisaje que se refleja en una gota de rocío. Su madre Ganga; su feliz infancia con ella en los cielos, su educación, primero en ciencia política con Brihaspati y Sukra y después su aprendizaje de los Vedas y Vedangas con Vasishtha. La mente de Bhishma recorrió los días en que estuvo con su guru Bhargava aprendiendo el uso del arco. Su madre le había hecho aprender todo esto porque quería que fuese un digno hijo de la casa de los kurus y
que se convirtiese en el rey ideal. ¡Cuántas veces le había dicho eso!. Su mente voló a los días felices que pasó con su padre en perfecto compañerismo. Se habían hecho camaradas. Su padre le amaba perdidamente y él a su vez tenía devoción por Santanu. Bhishma había sido coronado como heredero al trono y entonces, como salida del aire, apareció Satyavati. Para agradar a su padre y satisfacer la avaricia del padre de ella, renunció a todo lo que era hermoso en este mundo. Fue en aquel momento cuando, aún siendo joven, envejeció de repente. Desde entonces ya nada había que pareciese merecer la pena. Conformó su vida a un esquema de blanco y negro. Después vino Amba, el hilo carmesí que entraba y salía de la trama blanca y negra que había tejido para sí y causó tantos problemas. Él no quiso tomarla porque no podía. Él rompió su corazón y arruinó su feminidad por el terrible juramento que había hecho. No había obedecido a su guru, Bhargava, cuando le pidió tomar a Amba. Y ahora, después de todo aquello, su madrastra le “ordenaba” ¡tomar las viudas de su hermano muerto!.

Toda su ira se desató y, temblándole la voz de furia, le dijo a su madre:

—Madre, tú no conoces la fuerza de mi mente ni la firmeza de mi Dharma, de hecho no me conoces en absoluto. Nada logrará que yo haga lo que me ordenas. La tierra puede perder su perfume, el agua su dulzura, el Sol puede perder su brillo y la Luna su fresca blancura; incluso el Señor Dharma puede abandonar su Dharma, pero yo jamás me apartaré del camino de la verdad. La Verdad es para mí más que todas las promesas de recompensa en el Cielo. Nada me hará cambiar: ni siquiera tú con el poder que tienes sobre mí como madre. Por favor abandona ese absurdo deseo.

sábado, 2 de junio de 2018

Janamejaya pide el relato completo

Introducción VIII

JANAMEJAYA PIDE EL RELATO COMPLETO

DESPUÉS de oír este relato, Janamejaya dijo:

—Has contado en forma resumida la historia del Mahabharata, y ahora siento tal curiosidad por oír el relato completo que no quedo satisfecho con un resumen. No puede haber sido una tontería la causa de que aquellos hombres virtuosos hayan matado a quienes no deberían haber matado y que a pesar de ello sean aplaudidos por los hombres. Además, ¿cómo es posible que aquellos hombres poderosos, capaces de aplastar a sus enemigos, sufriesen tranquilamente la persecución de los Kurus? ¿Cómo
pudo Bhima controlar su ira tras ser ofendido? ¿Cómo pudo Draupadi, ofendida por aquellos malvados no quemarles con su mirada? ¿Por qué los hermanos de Yudhishthira, al que aquellos malvados engañaron con un juego de dados deshonesto, le siguieron hasta el final? ¿Cómo pudo Yudhishthira ser capaz de sobrellevar aquella inmerecida ofensa? Dime todo eso, venerado asceta.

Vaisampayana dijo:

—Oh alteza, es una historia muy extensa y necesitaremos cierto tiempo para recitarla en su totalidad. La historia de Bharata consiste en cien mil slokas y es igual a los Vedas. Contiene grandes enseñanzas sobre Dharma, Artha y Kama(20) y conduce a Moksha(21), pues hace que el corazón desee la salvación.

»Vyasa compuso esta historia con el fin de perpetuar la fama de los Pandavas y también guiado por el deseo de beneficiar al mundo. Es una historia sagrada y excelente que es equivalente a los Vedas. Aquél que ha leído el Mahabharata puede ser considerado como conocedor de los Vedas. El que da una copia del Mahabharata a alguien que se la pide, realmente hace un regalo equivalente a toda la Tierra con sus mares.

»El sabio Vyasa, de enorme poder mental, tardó tres años en completar esta obra. Durante tres años se levantó diariamente para dedicarse exclusivamente a componerla. Lo que en ella se dice sobre la virtud, la riqueza el placer y la salvación tal vez se pueda encontrar en otro sitio, pero lo que no se encuentra aquí no se encuentra en ninguna parte.

»Así pues, escuchad, alteza, la historia completa del Mahabharata...

..............................................................................

20. Dharma: Rectitud en el sentido de virtud moral. También “Ley natural” o “justicia”, pero siempre
desde el punto de vista de la virtud. Artha: Riqueza, éxito material. Kama: Placer.

21. Moksha: Liberación, salvación.

viernes, 25 de mayo de 2018

La encarnación de las primeras generaciones

Introducción VII

LA ENCARNACIÓN DE LAS PRIMERAS GENERACIONES
(Adivansavatarana Parva)

SAUNAKA dijo:

— ¡Oh hijo!, has narrado los orígenes de esta gran historia comenzando por el origen del mundo y cómo fué concebida y compuesta por el gran Krishna-Dwaipayana. También habéis recitado un resumen de la historia y los contenidos de esta gran obra dividia en cien libros. ¡Oh hijo de Suta!, tus narraciones son muy gratificantes, pero permíteme que te pida de nuevo la historia completa compuesta por Vyasa.

Sauti dijo:

— Os recitaré desde el principio la gran y excelente historia llamada Mahabharata compuesta por Vyasa. Escuchad con atención; es para mí un gran placer recitárosla. »

Cuando Vyasa supo que el rey Janamejaya estaba realizando el sacrificio de las serpientes, se dirigió hacia aquel recinto ceremonial junto con sus discípulos. Al verle llegar, el rey, lleno de alegría, salió a su encuentro junto con su comitiva; y con la aprobación de los sacerdotes, le ofreció un trono dorado. Y cuando el rishi se hubo sentado, el rey se postró ante él mostrándole sus respetos según está indicado en las escrituras. Le ofreció agua para lavarle los pies, agua fresca para refrescar su boca, y luego un regalo y una vaca. Vyasa se sintió muy complacido con esas ofrendas, que aceptó gustoso, y ordenó que se dejase la vaca en libertad. Al terminar esta adoración ritual, que fue repetida por todos los sacerdotes del rey, éste se inclinó ante su tataratatara abuelo y se sentó en su trono lleno de gozo. Entonces, Vyasa se levantó y a su vez presentó sus respetos al rey y a todos sus sacerdotes, tal como ellos lo habían hecho antes con él.»

Después de esto, el rey Janamejaya se dirigió respetuosamente a Vyasa y le dijo:
—Tú has visto con tus propios ojos los hechos de los Kurus y los Pandavas. Por favor, cuéntame en detalle todo lo que ocurrió.

»Entonces Vyasa, dirigiéndose a su discípulo Vaisampayana, que estaba sentado a su lado, le dijo: “Cuéntale al rey las viejas disputas entre Kurus y Pandavas tal como me las has oído contar a mí.”

»Vaisampayana dijo:

—Primeramente me inclino ante mi maestro con recogimiento de mente y espíritu, y honro a todos los brahmines y a todos los presentes. Alteza, vos sois digno de oír esta historia que yo he recibido de mi maestro y me siento feliz de recitárosla.»

Escuchad cómo surgió la disputa sobre el reino a raiz de un juego de dados, cómo se produjo el exilio de los Pandavas a los bosques y cómo, después, se produjo la guerra que destruyó el mundo:

»Cuando el padre de los Pandavas hubo muerto, sus hijos volvieron a su hogar. Y viendo los Kurus la destreza, inteligencia y popularidad de los Pandavas, comenzaron a tener envidia de ellos. Entonces Duryodhana, con su tío Sakuni, comenzó a perseguirles y a planear medios para deshacerse de ellos. Guiado por los consejos de Sakuni, Duryodhana persiguió a los Pandavas de varias formas con el propósito de adquirir la soberanía indiscutible. Intentaron envenenar a Bhima, pero no lo consiguieron porque Bhima tenía una fortaleza extraordinaria y el veneno no consiguió matarle. Ataron a Bhima mientras dormía y le tiraron al río, pero Bhima se despertó y con sus fuertes brazos rompió las ataduras y pudo salir del río. En todos esos ataques el sabio Vidura se mantenia atento para neutralizar los designios de los Kurus y rescatar a los Pandavas.

»Cuando Duryodhana, se encontró incapaz de destruir a los Pandavas ni por ataques abiertos ni por estratagemas secretas, se reunió con su hermano Dussasana y otros, y con la aprobación de Dhritarashtra hizo construir una casa de laca. Después de conseguir que Dhritarashtra enviase a los Pandavas a vivir allí, Duryodhana comenzó a hacer arreglos secretos para conseguir quemarles a todos en ella; pero avisados de esos planes por Vidura, los Pandavas consiguieron escapar mediante un túnel construido para tal fin.

»Algún tiempo más tarde Arjuna tuvo ocasión de salvar la vida del gran arquitecto asura llamado Maya. En agradecimiento por haberle salvado la vida, Maya construyó para los Pandavas un extraordinario salón de recepciones, a imagen de los palacios celestiales, adornado con todo tipo de joyas y piedras preciosas. Cuando Duryodhana, contempló aquel maravilloso edificio, su envidia le tentó con el deseo de poseerlo. Entonces, engañó a Yudhishthira por medio de un juego de dados jugado por el hábil Sakuni y Duryodhana consiguió enviar a los Pandavas al exilio durante trece años.

»Cuando hubo terminado el decimotercer año, los Pandavas regresaron y reclamaron su propiedad. Y al no recibirla, se produjo la guerra. Los Pandavas exterminaron la raza entera de Kshatriyas y mataron al rey Duryodhana, retomando de nuevo el reino que para entonces había quedado devastado por la guerra.

»Tal fue la gesta de aquellos hombres de acciones inspiradas por los más altos principios y que nunca actuaron bajo la influencia de las bajas pasiones: La Disputa, la Pérdida del Reino y el Triunfo Final».

sábado, 19 de mayo de 2018

La lista de los cien libros

Introducción VI

LA LISTA DE LOS CIEN LIBROS
(Anukramanika)

SAUTI continuó:

»Escuchad, O ascetas, las distintas divisiones o libros de esta historia llamada Bharata, cargada de sabiduría, sutiles significados y conexiones lógicas, y adornada con la sustancia de los Vedas:

1. El Libro de los Orígenes. (Adi Parva)
1. Anukramanika (La lista de los cien libros).
2. Parva Sangraha (El resumen de los 18 libros).
3. El Libro de Paushya.
4. Pauloma.
5. Astika.
6. Adivansavatarana (La venida de las primeras generaciones).
7. Sambhava (Los Orígenes).
8. Jatugrihadaha (La quema de La Casa de Laca).
9. Hidimbabadha (La muerte de Hidimba).
10. Baka-badha (La muerte de Baka).
11. Chitraratha.
12. Swayamvara (La ceremonia de elección de marido).
13. Vaivahika (Boda).
14. Viduragamana (La llegada de Vidura).
15. Rajyalabha (La obtención del reino).
16. Arjuna-banavasa (El Exilio de Arjuna).
17. Subhadra-harana (El secuestro de Subhadra).
18. Harana-harika (La obtención del Regalo Nupcial).
19. Khandava-daha (El fuego del bosque Khandava) y Maya-darsana (Encuentro con
Maya, el arquitecto asura).

2. El Libro del Pabellón de Recepciones. (Sabha Parva)
20. Sabha (El Pabellón).
21. Mantra (El Consejo).
22. Jarasandha (La muerte de Jarasandha).
23. Digvijaya (La campaña general).
24. Raja-suyaka (La consagración real).
25. Arghyaviharana (El robo del regalo).
26. Sisupala-badha (La muerte de Sisupala).
27. Dyuta (Juego).
28. Anudyuta (Juego de nuevo).

3. El libro de los bosques. (Aranyaka Parva)
29. Aranyaka (Las enseñanzas del bosque).
30. Krimira-badha (destrucción de Krimira).
31. Arjuna-vigamana (Los viajes de Arjuna).
32. Indra-lokavigamana (El viaje a las regiones de Indra) y Nalopakhyana (La historia de
Nala).
33. Tirtha-yatra (El peregrinaje).
34. La muerte de Jatasura.
35. La batalla de los Yakshas.
36. La batalla con los Nivata-kavachas.
37. Markandeya-Samasya (El encuentro con Markandeya).
38. El encuentro de Draupadi con Satyabhama.
39. Ghoshayatra, (La expedición del ganado).
40. Mirga-Swapna (El sueño del ciervo).
41. La historia de Brihadaranyaka y de Aindradrumna. (La medida de arroz).
42. Draupadi-harana (El secuestro de Draupadi), Jayadratha-bimoksana (La liberación
de Jayadratha). La historia de Savitri.
43. Kundala-harana (El robo de los pendientes).
44. Aranya (El fuego de los bosques).

4. El Libro de Virata. (Virata Parva)
45. Virata.
46. La llegada de los Pandavas y el cumplimiento de su promesa (de pasar un año en
paradero desconocido).
47. El intento de robar el ganado.
48. La boda de Abhimanyu con la hija de Virata.

5. El Libro del Esfuerzo. (Udyoga Parva)
49. Udyoga (El Esfuerzo).
50. Sanjaya-yana (La llegada de Sanjaya).
51. Prajagara (El desasosiego de Dhritarashtra).
52. Sanatsujata, (Los misterios de la filosofía espiritual).
53. Yanasaddhi (Los intentos de paz).
54. La llegada de Krishna (con la historia de ‘Matali’ y de ‘Galava’. Las historias de
‘Savitri’, ‘Vamadeva’, y ‘Vainya’. La historia de ‘Jamadagnya’ y ‘Shodasarajika’. La
llegada de Krishna y la formación de las tropas y la historia de ‘Sheta’).
55. La pelea del gran Karna.
56. La marcha de las tropas al campo de batalla.
57. Enumeración de los guerreros (Rathis y Atirathas).
58. La llegada del mensajero Uluka (que encendió la ira de los Pandavas).
59. La historia de Amba.

6. El Libro de Bhishma. (Bhishma Parva)
60. El nombramiento de Bhishma como comandante en jefe.
61. La creación del continente de Jambu.
62. La Tierra (Sobre la formación de islas).
63. El Bhagavat-gita.
64. La caída de Bhishma.

7. El Libro de Drona. (Drona Parva)
65. El nombramiento de Drona.
66. La destrucción de los juramentados.
67. La muerte de Abhimanyu.
68. El juramento de Arjuna.
69. La muerte de Jayadratha.
70. La muerte de Ghatotkacha.
71. La muerte de Drona.
72. La descarga del misil de Narayana.

8. El Libro de Karna. (Karna Parva)
73. Karna.

9. El Libro de Salya. (Salya Parva)
74. Salya.
75. La inmersión en el Lago.
76. La lucha con mazas (entre Bhima y Duryodhana).
77. El Río Saraswati.

10. El Libro de los Guerreros Durmientes. (Sauptika Parva)
78. Sauptika (La Masacre de los Guerreros Durmientes).
79. El misil Aisika.
80. Jalapradana (Abluciones de agua por las almas de los muertos).

11. El Libro de las Mujeres. (Stri Parva)
81. El llanto de las mujeres.
82. Sraddha (Los ritos funerarios).
83. La destrucción del Rakshasa Charvaka (que tomó la forma de un Brahman para
engañar a Yudhishthira).
84. La Coronación (del sabio Yudhishthira).
85. Grihapravibhaga. (La distribución de las casas).

12. El Libro de la Paz. (Shanti Parva)
86. Shanti (Paz).
87. Rajadharmanusasana (Ética y deberes en los tiempos difíciles).
88. Apaddharma y Mokshadharma. (La ley de la salvación).

13. El Libro de las Enseñanzas (Anusasana Parva)
89. Anusasanika. (Las Instrucciones o Enseñanzas).
90. La Subida de Bhishma a los Cielos.

14. El Libro del Ritual del Caballo. (Aswamedhika Parva)
91. El Ritual del Caballo.
92. Anugita (Palabras de filosofía espiritual).

15. El Libro de la Ermita. (Asramvasika Parva)
93. Asramvasika (El retiro a la ermita).
94. Puttradarshana (El encuentro con los hijos fallecidos).
95. La llegada de Narada.

16. El Libro de las Mazas. (Maushala Parva)
96. Mausala (La batalla con mazas entre los Yadavas, resultando en su total aniquilación).

17. El Libro del Gran Viaje. (Mahaprasthana Parva)
97. Mahaprasthanika (El Gran Viaje).

18. El Libro del Ascenso a los Cielos. (Svarga Parva)
98. Svargarohanika (El Ascenso a los Cielos).
Apéndice:
99. Harivansa o Khilvansa Purana (Genealogía de Hari, conteniendo el Vishnuparva).
100. Bhavishyaparva o Bhavishya Purana (El libro del Futuro, con profecías sobre el
futuro).

lunes, 14 de mayo de 2018

Envidia: la más grande asesina

Envidia: la más grande asesina de la sabiduría y la riqueza 

Por U. Mahesh Prabhu – Publicado en Vedic Management Center

Los videntes védicos sugieren seis cualidades negativas o Arishadvargas, que enraizadas en la persona, pueden destruirla. Estas son: Kama (lujuria), Krodha (ira), Lobha (codicia), Moha (obsesión), Mada (ego) y Matsarya (envidia). Todas las historias de origen védico nos cuentan como una sola de esas cualidades negativas puede llevar a desastrosas consecuencias.

En el Mahabharata, después de que el reino de los Kurus fue dividido entre los cinco hijos de Pandu y los cien de Dhritrarashtra, la tierra menos productiva fue la entregada a los Pandavas. Duryodhana, el mayor de los hijos de Dhritarashtra, confiaba que con ese infeliz pedazo de tierra, los Pandavas no lograrían nada. Sin embargo, con el sabio consejo de Krishna, los Pandavas fueron extremadamente exitosos en convertir el aparentemente improductivo pedazo de tierra llamado Khandavaprastha en otro sumamente fértil llamado Indraprastha (la Delhi de hoy). Pero los Pandavas no se detuvieron allí. Buscando la excelencia, organizaron un formidable ejército y conquistaron los reinos vecinos, hasta que lograron un soberbio imperio. Para celebrar sus triunfos en todos los rincones de la tierra, los Pandavas organizaron una fastuosa ceremonia. Al evento fueron invitados hasta sus archienemigos, los cien hijos de Dhritarashtra. Al observar el poder de los Pandavas y la magnificencia de sus ciudades, Duryodhana perdió la tranquilidad. Lleno de envidia, se sentía amilanado. 

Cuando Shakuni, el tío materno de Duryodhana, le preguntó qué le sucedía, Duryodhana respondió: “¿Quién puede estar contento con el éxito de otros, particularmente si son sus propios enemigos?” Al escucharlo, Krishna sonrió y replicó: “No es fácil, Duryodhana, aceptar el éxito de nuestros familiares y amigos, mucho menos el de nuestros enemigos. Como quiera que sea, cuando somos incapaces de aceptar y mostrar gracia, quiere decir que estamos infestados de envidia, la suprema causa del caos en el hombre. Grandes santos y videntes a veces han fallado aquí. Pero debes saber que esa envidia hace de tu vida un verdadero infierno. Debes estar alerta. Deja de compararte con otros, pues eso no tiene sentido. Compararnos con los demás y actuar sin sabiduría, es el camino seguro a la ruina”.

Estas palabras sabias que dijo Krishna a Duryodhana, no le hicieron el menor efecto y, naturalmente, esta fue la razón para que, eventualmente, se iniciara una gran guerra en la que perecieron millones. No importa si el Mahabharata es historia o mitología, lo que importa es su sabiduría; el texto de Vyasa está lleno de una riqueza insuperable de sabiduría. Al leer la historia de la humanidad y ver la razón por la cual los déspotas subyugan a su propio pueblo, el poderoso aplasta al débil, el rico pisotea al pobre y el pobre injuria al acaudalado, entendemos que todo comienza con la envidia y termina en el caos.    

La envidia es nociva. Es una parodia que nuestros sistemas de educación prediquen la envidia casi como si fuera buena. Puesto que el sistema educativo está basado en la lógica de comparar el logro de unos con el de otros, de manera significativa se aprovecha de esto a cada paso. Cuando vemos que alguien está haciendo las cosas mejor que nosotros, comenzamos a tener envidia y hacemos cosas para demostrarles lo contrario. Hacemos trampa, engañamos y  contra-argumentamos casi a todo, sin dejar que la sabiduría prevalezca. La envidia puede hacer que dañemos a nuestros adversarios, y lo que es peor: en todo momento tendremos esa envidia en nuestra mente, entonces estaremos viviendo en el infierno.

Hay algunos que argumentan en favor de las “virtudes” de la envidia. “Si no fuera por la envidia, no podríamos ver competencias”, dicen. Pero para competir usted no necesita tener envidia. Podemos jugar con un niño, perder, y no sentir nada al respecto; por el contrario, nos sentimos felices porque esto de alguna manera posibilita el sentido de ‘logro’ en el infante. 

¿De qué sirve alimentar con envidia nuestras mentes, incluso en los negocios? Si alguien gana más dinero, tengamos la gracia de apreciarlo y desearle suerte. Aprendamos de ellos, en lugar de menospreciarlos por completo. Sin la envidia, solo tendremos paz. Con la paz, obtenemos claridad. Mediante la claridad, vemos nuestros verdaderos objetivos y usamos nuestros recursos solo para lograrlos. Mediante la paz, el éxito deja de ser solo un resultado o una meta, y se convierte en el viaje mismo. Y en un viaje tal, ¿qué cosa será difícil de lograr?



Dos grandes epopeyas de la India y del Asia Sudoriental

EL MAHABHARATA Y EL RAMAYANA por Arthur L. Basham* (Extracto de un artículo publicado en la revista El Correo de la UNESCO, Diciembre de 1...