domingo, 28 de octubre de 2018

Satyavati y Bhishma

Libro I - Adi Parva - Capítulo 9


SATYAVATI Y BHISHMA

EL matrimonio de Vichitravirya con las dos princesas, Ambika y Ambalika, se había celebrado de acuerdo a lo decidido. Bhishma seguía cumpliendo las funciones de regente, por lo cual el príncipe pasaba todo el tiempo en compañía de sus encantadoras esposas libre de responsabilidades. Pero el destino le sorprendió de nuevo, pues el joven príncipe contrajo una enfermedad muy maligna, la cual, a pesar de los esfuerzos de los médicos consumió la vida de Vichitravirya hasta causarle la muerte.

Satyavati estaba profundamente consternada por tal calamidad. La pérdida de sus dos hijos fue muy dura para ella, pero lo que más le atormentaba era que la casa de los kurus se quedaba sin heredero al trono; esto fue lo que le rompió el corazón. Y después de pasarse horas pensando sobre la manera de reavivar la llama que se extinguía, llamó a Bhishma a su presencia y le dijo:

—Mira lo desdichada que soy, hijo mío. He perdido a mi querido señor, que ha ido a reunirse con sus antepasados. Yo podía sobrellevar esta pérdida porque él había alcanzado ya una edad avanzada y es normal que un anciano se muera. Pero luego Chitrangada murió y antes de que yo pudiera aceptar esa pérdida que casi me mata, me encuentro con la muerte de Vichitravirya. La única esperanza de la casa de los kurus ha sido destruida en la flor de la juventud. Estoy desesperada. El linaje debe ser continuado y he decidido lo que debe hacerse; sé cómo continuar la línea de los kurus. Te corresponde a ti reavivar de nuevo este linaje.

Bhishma estaba sorprendido. Le dijo:

—Madre, ¿cómo puedo yo, siendo célibe, continuar el linaje?

Satyavati le respondió:

—Mi hijo Vichitravirya murió sin dejar un hijo. Sus dos viudas, a quienes tú trajiste para él son todavía jóvenes y tienen insatisfechos los deseos de sus corazones. El único Dharma evidente para mí es éste: debes tomarlas y hacerlas madres de los futuros vástagos de la casa de los kurus. Debes hacer esto para que el linaje pueda continuar. Esta regla fue seguida por muchos de tus antepasados y es la única manera. Debes tomar las viudas de tu hermano y tus hijos serán los verdaderos descendientes de Kuru. Es tu sagrada obligación hacer esto.

Atónito por esta absurda propuesta, Bhishma le respondió pacientemente:

—Madre, estás afligida por el dolor de la pérdida repentina de tus hijos y por eso me propones tal cosa. No hay duda de que existe una regla como la que tú dices. Lo sé. Y es una regla aprobada por las costumbres, pero, madre, no me parece correcto que me pidas a mí que haga tal cosa cuando tú sabes bien que he jurado renunciar al trono y a la vida de casado. Lo hice por ti y estoy seguro de que no lo has olvidado. ¿No recuerdas el terrible juramento que hice?. Juré que en esta vida mía no habría lugar para una mujer y ahora tú me pides que tome las viudas de mi hermano. En verdad te ha afectado la muerte de tu querido Vichitravirya, de otra forma no me habrías hecho tal sugerencia. Yo estoy muy apenado por ti, pero por favor, no me pidas eso.

Satyavati dijo:

—Recuerdo bien las circunstancias en las cuales pronunciaste este voto en favor de tu padre y mío. Pero ahora las circunstancias han cambiado, pues el voto lo hiciste para que un hijo mío pudiese ser el rey. Ahora mis dos hijos han muerto, lo cual es una amenaza de extinción para nuestra raza. Es por eso que como último recurso te pido, que hagas eso. Yo soy tu madre y es tu deber complacerme, así pues debes obedecerme. Este Dharma es mucho más importante que cualquier voto que hayas hecho.

Bhishma tuvo su temperamento bajo control hasta este momento, pero no pudo contenerse más. Tal vez recordó los acontecimientos pasados como un paisaje que se refleja en una gota de rocío. Su madre Ganga; su feliz infancia con ella en los cielos, su educación, primero en ciencia política con Brihaspati y Sukra y después su aprendizaje de los Vedas y Vedangas con Vasishtha. La mente de Bhishma recorrió los días en que estuvo con su guru Bhargava aprendiendo el uso del arco. Su madre le había hecho aprender todo esto porque quería que fuese un digno hijo de la casa de los kurus y
que se convirtiese en el rey ideal. ¡Cuántas veces le había dicho eso!. Su mente voló a los días felices que pasó con su padre en perfecto compañerismo. Se habían hecho camaradas. Su padre le amaba perdidamente y él a su vez tenía devoción por Santanu. Bhishma había sido coronado como heredero al trono y entonces, como salida del aire, apareció Satyavati. Para agradar a su padre y satisfacer la avaricia del padre de ella, renunció a todo lo que era hermoso en este mundo. Fue en aquel momento cuando, aún siendo joven, envejeció de repente. Desde entonces ya nada había que pareciese merecer la pena. Conformó su vida a un esquema de blanco y negro. Después vino Amba, el hilo carmesí que entraba y salía de la trama blanca y negra que había tejido para sí y causó tantos problemas. Él no quiso tomarla porque no podía. Él rompió su corazón y arruinó su feminidad por el terrible juramento que había hecho. No había obedecido a su guru, Bhargava, cuando le pidió tomar a Amba. Y ahora, después de todo aquello, su madrastra le “ordenaba” ¡tomar las viudas de su hermano muerto!.

Toda su ira se desató y, temblándole la voz de furia, le dijo a su madre:

—Madre, tú no conoces la fuerza de mi mente ni la firmeza de mi Dharma, de hecho no me conoces en absoluto. Nada logrará que yo haga lo que me ordenas. La tierra puede perder su perfume, el agua su dulzura, el Sol puede perder su brillo y la Luna su fresca blancura; incluso el Señor Dharma puede abandonar su Dharma, pero yo jamás me apartaré del camino de la verdad. La Verdad es para mí más que todas las promesas de recompensa en el Cielo. Nada me hará cambiar: ni siquiera tú con el poder que tienes sobre mí como madre. Por favor abandona ese absurdo deseo.

sábado, 2 de junio de 2018

Janamejaya pide el relato completo

Introducción VIII

JANAMEJAYA PIDE EL RELATO COMPLETO

DESPUÉS de oír este relato, Janamejaya dijo:

—Has contado en forma resumida la historia del Mahabharata, y ahora siento tal curiosidad por oír el relato completo que no quedo satisfecho con un resumen. No puede haber sido una tontería la causa de que aquellos hombres virtuosos hayan matado a quienes no deberían haber matado y que a pesar de ello sean aplaudidos por los hombres. Además, ¿cómo es posible que aquellos hombres poderosos, capaces de aplastar a sus enemigos, sufriesen tranquilamente la persecución de los Kurus? ¿Cómo
pudo Bhima controlar su ira tras ser ofendido? ¿Cómo pudo Draupadi, ofendida por aquellos malvados no quemarles con su mirada? ¿Por qué los hermanos de Yudhishthira, al que aquellos malvados engañaron con un juego de dados deshonesto, le siguieron hasta el final? ¿Cómo pudo Yudhishthira ser capaz de sobrellevar aquella inmerecida ofensa? Dime todo eso, venerado asceta.

Vaisampayana dijo:

—Oh alteza, es una historia muy extensa y necesitaremos cierto tiempo para recitarla en su totalidad. La historia de Bharata consiste en cien mil slokas y es igual a los Vedas. Contiene grandes enseñanzas sobre Dharma, Artha y Kama(20) y conduce a Moksha(21), pues hace que el corazón desee la salvación.

»Vyasa compuso esta historia con el fin de perpetuar la fama de los Pandavas y también guiado por el deseo de beneficiar al mundo. Es una historia sagrada y excelente que es equivalente a los Vedas. Aquél que ha leído el Mahabharata puede ser considerado como conocedor de los Vedas. El que da una copia del Mahabharata a alguien que se la pide, realmente hace un regalo equivalente a toda la Tierra con sus mares.

»El sabio Vyasa, de enorme poder mental, tardó tres años en completar esta obra. Durante tres años se levantó diariamente para dedicarse exclusivamente a componerla. Lo que en ella se dice sobre la virtud, la riqueza el placer y la salvación tal vez se pueda encontrar en otro sitio, pero lo que no se encuentra aquí no se encuentra en ninguna parte.

»Así pues, escuchad, alteza, la historia completa del Mahabharata...

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20. Dharma: Rectitud en el sentido de virtud moral. También “Ley natural” o “justicia”, pero siempre
desde el punto de vista de la virtud. Artha: Riqueza, éxito material. Kama: Placer.

21. Moksha: Liberación, salvación.

viernes, 25 de mayo de 2018

La encarnación de las primeras generaciones

Introducción VII

LA ENCARNACIÓN DE LAS PRIMERAS GENERACIONES
(Adivansavatarana Parva)

SAUNAKA dijo:

— ¡Oh hijo!, has narrado los orígenes de esta gran historia comenzando por el origen del mundo y cómo fué concebida y compuesta por el gran Krishna-Dwaipayana. También habéis recitado un resumen de la historia y los contenidos de esta gran obra dividia en cien libros. ¡Oh hijo de Suta!, tus narraciones son muy gratificantes, pero permíteme que te pida de nuevo la historia completa compuesta por Vyasa.

Sauti dijo:

— Os recitaré desde el principio la gran y excelente historia llamada Mahabharata compuesta por Vyasa. Escuchad con atención; es para mí un gran placer recitárosla. »

Cuando Vyasa supo que el rey Janamejaya estaba realizando el sacrificio de las serpientes, se dirigió hacia aquel recinto ceremonial junto con sus discípulos. Al verle llegar, el rey, lleno de alegría, salió a su encuentro junto con su comitiva; y con la aprobación de los sacerdotes, le ofreció un trono dorado. Y cuando el rishi se hubo sentado, el rey se postró ante él mostrándole sus respetos según está indicado en las escrituras. Le ofreció agua para lavarle los pies, agua fresca para refrescar su boca, y luego un regalo y una vaca. Vyasa se sintió muy complacido con esas ofrendas, que aceptó gustoso, y ordenó que se dejase la vaca en libertad. Al terminar esta adoración ritual, que fue repetida por todos los sacerdotes del rey, éste se inclinó ante su tataratatara abuelo y se sentó en su trono lleno de gozo. Entonces, Vyasa se levantó y a su vez presentó sus respetos al rey y a todos sus sacerdotes, tal como ellos lo habían hecho antes con él.»

Después de esto, el rey Janamejaya se dirigió respetuosamente a Vyasa y le dijo:
—Tú has visto con tus propios ojos los hechos de los Kurus y los Pandavas. Por favor, cuéntame en detalle todo lo que ocurrió.

»Entonces Vyasa, dirigiéndose a su discípulo Vaisampayana, que estaba sentado a su lado, le dijo: “Cuéntale al rey las viejas disputas entre Kurus y Pandavas tal como me las has oído contar a mí.”

»Vaisampayana dijo:

—Primeramente me inclino ante mi maestro con recogimiento de mente y espíritu, y honro a todos los brahmines y a todos los presentes. Alteza, vos sois digno de oír esta historia que yo he recibido de mi maestro y me siento feliz de recitárosla.»

Escuchad cómo surgió la disputa sobre el reino a raiz de un juego de dados, cómo se produjo el exilio de los Pandavas a los bosques y cómo, después, se produjo la guerra que destruyó el mundo:

»Cuando el padre de los Pandavas hubo muerto, sus hijos volvieron a su hogar. Y viendo los Kurus la destreza, inteligencia y popularidad de los Pandavas, comenzaron a tener envidia de ellos. Entonces Duryodhana, con su tío Sakuni, comenzó a perseguirles y a planear medios para deshacerse de ellos. Guiado por los consejos de Sakuni, Duryodhana persiguió a los Pandavas de varias formas con el propósito de adquirir la soberanía indiscutible. Intentaron envenenar a Bhima, pero no lo consiguieron porque Bhima tenía una fortaleza extraordinaria y el veneno no consiguió matarle. Ataron a Bhima mientras dormía y le tiraron al río, pero Bhima se despertó y con sus fuertes brazos rompió las ataduras y pudo salir del río. En todos esos ataques el sabio Vidura se mantenia atento para neutralizar los designios de los Kurus y rescatar a los Pandavas.

»Cuando Duryodhana, se encontró incapaz de destruir a los Pandavas ni por ataques abiertos ni por estratagemas secretas, se reunió con su hermano Dussasana y otros, y con la aprobación de Dhritarashtra hizo construir una casa de laca. Después de conseguir que Dhritarashtra enviase a los Pandavas a vivir allí, Duryodhana comenzó a hacer arreglos secretos para conseguir quemarles a todos en ella; pero avisados de esos planes por Vidura, los Pandavas consiguieron escapar mediante un túnel construido para tal fin.

»Algún tiempo más tarde Arjuna tuvo ocasión de salvar la vida del gran arquitecto asura llamado Maya. En agradecimiento por haberle salvado la vida, Maya construyó para los Pandavas un extraordinario salón de recepciones, a imagen de los palacios celestiales, adornado con todo tipo de joyas y piedras preciosas. Cuando Duryodhana, contempló aquel maravilloso edificio, su envidia le tentó con el deseo de poseerlo. Entonces, engañó a Yudhishthira por medio de un juego de dados jugado por el hábil Sakuni y Duryodhana consiguió enviar a los Pandavas al exilio durante trece años.

»Cuando hubo terminado el decimotercer año, los Pandavas regresaron y reclamaron su propiedad. Y al no recibirla, se produjo la guerra. Los Pandavas exterminaron la raza entera de Kshatriyas y mataron al rey Duryodhana, retomando de nuevo el reino que para entonces había quedado devastado por la guerra.

»Tal fue la gesta de aquellos hombres de acciones inspiradas por los más altos principios y que nunca actuaron bajo la influencia de las bajas pasiones: La Disputa, la Pérdida del Reino y el Triunfo Final».

sábado, 19 de mayo de 2018

La lista de los cien libros

Introducción VI

LA LISTA DE LOS CIEN LIBROS
(Anukramanika)

SAUTI continuó:

»Escuchad, O ascetas, las distintas divisiones o libros de esta historia llamada Bharata, cargada de sabiduría, sutiles significados y conexiones lógicas, y adornada con la sustancia de los Vedas:

1. El Libro de los Orígenes. (Adi Parva)
1. Anukramanika (La lista de los cien libros).
2. Parva Sangraha (El resumen de los 18 libros).
3. El Libro de Paushya.
4. Pauloma.
5. Astika.
6. Adivansavatarana (La venida de las primeras generaciones).
7. Sambhava (Los Orígenes).
8. Jatugrihadaha (La quema de La Casa de Laca).
9. Hidimbabadha (La muerte de Hidimba).
10. Baka-badha (La muerte de Baka).
11. Chitraratha.
12. Swayamvara (La ceremonia de elección de marido).
13. Vaivahika (Boda).
14. Viduragamana (La llegada de Vidura).
15. Rajyalabha (La obtención del reino).
16. Arjuna-banavasa (El Exilio de Arjuna).
17. Subhadra-harana (El secuestro de Subhadra).
18. Harana-harika (La obtención del Regalo Nupcial).
19. Khandava-daha (El fuego del bosque Khandava) y Maya-darsana (Encuentro con
Maya, el arquitecto asura).

2. El Libro del Pabellón de Recepciones. (Sabha Parva)
20. Sabha (El Pabellón).
21. Mantra (El Consejo).
22. Jarasandha (La muerte de Jarasandha).
23. Digvijaya (La campaña general).
24. Raja-suyaka (La consagración real).
25. Arghyaviharana (El robo del regalo).
26. Sisupala-badha (La muerte de Sisupala).
27. Dyuta (Juego).
28. Anudyuta (Juego de nuevo).

3. El libro de los bosques. (Aranyaka Parva)
29. Aranyaka (Las enseñanzas del bosque).
30. Krimira-badha (destrucción de Krimira).
31. Arjuna-vigamana (Los viajes de Arjuna).
32. Indra-lokavigamana (El viaje a las regiones de Indra) y Nalopakhyana (La historia de
Nala).
33. Tirtha-yatra (El peregrinaje).
34. La muerte de Jatasura.
35. La batalla de los Yakshas.
36. La batalla con los Nivata-kavachas.
37. Markandeya-Samasya (El encuentro con Markandeya).
38. El encuentro de Draupadi con Satyabhama.
39. Ghoshayatra, (La expedición del ganado).
40. Mirga-Swapna (El sueño del ciervo).
41. La historia de Brihadaranyaka y de Aindradrumna. (La medida de arroz).
42. Draupadi-harana (El secuestro de Draupadi), Jayadratha-bimoksana (La liberación
de Jayadratha). La historia de Savitri.
43. Kundala-harana (El robo de los pendientes).
44. Aranya (El fuego de los bosques).

4. El Libro de Virata. (Virata Parva)
45. Virata.
46. La llegada de los Pandavas y el cumplimiento de su promesa (de pasar un año en
paradero desconocido).
47. El intento de robar el ganado.
48. La boda de Abhimanyu con la hija de Virata.

5. El Libro del Esfuerzo. (Udyoga Parva)
49. Udyoga (El Esfuerzo).
50. Sanjaya-yana (La llegada de Sanjaya).
51. Prajagara (El desasosiego de Dhritarashtra).
52. Sanatsujata, (Los misterios de la filosofía espiritual).
53. Yanasaddhi (Los intentos de paz).
54. La llegada de Krishna (con la historia de ‘Matali’ y de ‘Galava’. Las historias de
‘Savitri’, ‘Vamadeva’, y ‘Vainya’. La historia de ‘Jamadagnya’ y ‘Shodasarajika’. La
llegada de Krishna y la formación de las tropas y la historia de ‘Sheta’).
55. La pelea del gran Karna.
56. La marcha de las tropas al campo de batalla.
57. Enumeración de los guerreros (Rathis y Atirathas).
58. La llegada del mensajero Uluka (que encendió la ira de los Pandavas).
59. La historia de Amba.

6. El Libro de Bhishma. (Bhishma Parva)
60. El nombramiento de Bhishma como comandante en jefe.
61. La creación del continente de Jambu.
62. La Tierra (Sobre la formación de islas).
63. El Bhagavat-gita.
64. La caída de Bhishma.

7. El Libro de Drona. (Drona Parva)
65. El nombramiento de Drona.
66. La destrucción de los juramentados.
67. La muerte de Abhimanyu.
68. El juramento de Arjuna.
69. La muerte de Jayadratha.
70. La muerte de Ghatotkacha.
71. La muerte de Drona.
72. La descarga del misil de Narayana.

8. El Libro de Karna. (Karna Parva)
73. Karna.

9. El Libro de Salya. (Salya Parva)
74. Salya.
75. La inmersión en el Lago.
76. La lucha con mazas (entre Bhima y Duryodhana).
77. El Río Saraswati.

10. El Libro de los Guerreros Durmientes. (Sauptika Parva)
78. Sauptika (La Masacre de los Guerreros Durmientes).
79. El misil Aisika.
80. Jalapradana (Abluciones de agua por las almas de los muertos).

11. El Libro de las Mujeres. (Stri Parva)
81. El llanto de las mujeres.
82. Sraddha (Los ritos funerarios).
83. La destrucción del Rakshasa Charvaka (que tomó la forma de un Brahman para
engañar a Yudhishthira).
84. La Coronación (del sabio Yudhishthira).
85. Grihapravibhaga. (La distribución de las casas).

12. El Libro de la Paz. (Shanti Parva)
86. Shanti (Paz).
87. Rajadharmanusasana (Ética y deberes en los tiempos difíciles).
88. Apaddharma y Mokshadharma. (La ley de la salvación).

13. El Libro de las Enseñanzas (Anusasana Parva)
89. Anusasanika. (Las Instrucciones o Enseñanzas).
90. La Subida de Bhishma a los Cielos.

14. El Libro del Ritual del Caballo. (Aswamedhika Parva)
91. El Ritual del Caballo.
92. Anugita (Palabras de filosofía espiritual).

15. El Libro de la Ermita. (Asramvasika Parva)
93. Asramvasika (El retiro a la ermita).
94. Puttradarshana (El encuentro con los hijos fallecidos).
95. La llegada de Narada.

16. El Libro de las Mazas. (Maushala Parva)
96. Mausala (La batalla con mazas entre los Yadavas, resultando en su total aniquilación).

17. El Libro del Gran Viaje. (Mahaprasthana Parva)
97. Mahaprasthanika (El Gran Viaje).

18. El Libro del Ascenso a los Cielos. (Svarga Parva)
98. Svargarohanika (El Ascenso a los Cielos).
Apéndice:
99. Harivansa o Khilvansa Purana (Genealogía de Hari, conteniendo el Vishnuparva).
100. Bhavishyaparva o Bhavishya Purana (El libro del Futuro, con profecías sobre el
futuro).

lunes, 14 de mayo de 2018

Envidia: la más grande asesina

Envidia: la más grande asesina de la sabiduría y la riqueza 

Por U. Mahesh Prabhu – Publicado en Vedic Management Center

Los videntes védicos sugieren seis cualidades negativas o Arishadvargas, que enraizadas en la persona, pueden destruirla. Estas son: Kama (lujuria), Krodha (ira), Lobha (codicia), Moha (obsesión), Mada (ego) y Matsarya (envidia). Todas las historias de origen védico nos cuentan como una sola de esas cualidades negativas puede llevar a desastrosas consecuencias.

En el Mahabharata, después de que el reino de los Kurus fue dividido entre los cinco hijos de Pandu y los cien de Dhritrarashtra, la tierra menos productiva fue la entregada a los Pandavas. Duryodhana, el mayor de los hijos de Dhritarashtra, confiaba que con ese infeliz pedazo de tierra, los Pandavas no lograrían nada. Sin embargo, con el sabio consejo de Krishna, los Pandavas fueron extremadamente exitosos en convertir el aparentemente improductivo pedazo de tierra llamado Khandavaprastha en otro sumamente fértil llamado Indraprastha (la Delhi de hoy). Pero los Pandavas no se detuvieron allí. Buscando la excelencia, organizaron un formidable ejército y conquistaron los reinos vecinos, hasta que lograron un soberbio imperio. Para celebrar sus triunfos en todos los rincones de la tierra, los Pandavas organizaron una fastuosa ceremonia. Al evento fueron invitados hasta sus archienemigos, los cien hijos de Dhritarashtra. Al observar el poder de los Pandavas y la magnificencia de sus ciudades, Duryodhana perdió la tranquilidad. Lleno de envidia, se sentía amilanado. 

Cuando Shakuni, el tío materno de Duryodhana, le preguntó qué le sucedía, Duryodhana respondió: “¿Quién puede estar contento con el éxito de otros, particularmente si son sus propios enemigos?” Al escucharlo, Krishna sonrió y replicó: “No es fácil, Duryodhana, aceptar el éxito de nuestros familiares y amigos, mucho menos el de nuestros enemigos. Como quiera que sea, cuando somos incapaces de aceptar y mostrar gracia, quiere decir que estamos infestados de envidia, la suprema causa del caos en el hombre. Grandes santos y videntes a veces han fallado aquí. Pero debes saber que esa envidia hace de tu vida un verdadero infierno. Debes estar alerta. Deja de compararte con otros, pues eso no tiene sentido. Compararnos con los demás y actuar sin sabiduría, es el camino seguro a la ruina”.

Estas palabras sabias que dijo Krishna a Duryodhana, no le hicieron el menor efecto y, naturalmente, esta fue la razón para que, eventualmente, se iniciara una gran guerra en la que perecieron millones. No importa si el Mahabharata es historia o mitología, lo que importa es su sabiduría; el texto de Vyasa está lleno de una riqueza insuperable de sabiduría. Al leer la historia de la humanidad y ver la razón por la cual los déspotas subyugan a su propio pueblo, el poderoso aplasta al débil, el rico pisotea al pobre y el pobre injuria al acaudalado, entendemos que todo comienza con la envidia y termina en el caos.    

La envidia es nociva. Es una parodia que nuestros sistemas de educación prediquen la envidia casi como si fuera buena. Puesto que el sistema educativo está basado en la lógica de comparar el logro de unos con el de otros, de manera significativa se aprovecha de esto a cada paso. Cuando vemos que alguien está haciendo las cosas mejor que nosotros, comenzamos a tener envidia y hacemos cosas para demostrarles lo contrario. Hacemos trampa, engañamos y  contra-argumentamos casi a todo, sin dejar que la sabiduría prevalezca. La envidia puede hacer que dañemos a nuestros adversarios, y lo que es peor: en todo momento tendremos esa envidia en nuestra mente, entonces estaremos viviendo en el infierno.

Hay algunos que argumentan en favor de las “virtudes” de la envidia. “Si no fuera por la envidia, no podríamos ver competencias”, dicen. Pero para competir usted no necesita tener envidia. Podemos jugar con un niño, perder, y no sentir nada al respecto; por el contrario, nos sentimos felices porque esto de alguna manera posibilita el sentido de ‘logro’ en el infante. 

¿De qué sirve alimentar con envidia nuestras mentes, incluso en los negocios? Si alguien gana más dinero, tengamos la gracia de apreciarlo y desearle suerte. Aprendamos de ellos, en lugar de menospreciarlos por completo. Sin la envidia, solo tendremos paz. Con la paz, obtenemos claridad. Mediante la claridad, vemos nuestros verdaderos objetivos y usamos nuestros recursos solo para lograrlos. Mediante la paz, el éxito deja de ser solo un resultado o una meta, y se convierte en el viaje mismo. Y en un viaje tal, ¿qué cosa será difícil de lograr?



sábado, 12 de mayo de 2018

El resumen de Ugrasravas

Introducción V

EL RESUMEN DE UGRASRAVAS

SAUTI continuó:

— Para componer su Upanishad (17), Vyasa se basó en los siguientes hechos, ocurridos durante su vida:

»Después de someter a muchos países mediante su sabiduría y su poder, Pandu, con su familia, se fue a vivir con los munis (18) de cierto bosque donde se dedicó a la caza. Allí se ganó una gran maldición que le condenaba a morir si hacía el amor con cualquiera de sus dos esposas. Éstas, para que se cumpliera lo que estaba escrito respecto a su descendencia, admitieron como sustitutos de los abrazos conyugales a los dioses Dharma, Vayu, Sakra, y a los divinos gemelos Aswins. Y así, Pandu tuvo cinco hijos que crecieron bajo el cuidado de sus dos madres y en la compañía de los ascetas. Tras la muerte de Pandu, sus hijos, vestidos como estudiantes con los hábitos de Brahmacharis, fueron conducidos por los munis ante la presencia de Dhritarashtra y de los hijos de éste. “Estos nuestros alumnos”, dijeron los munis, “son como vuestros hijos, vuestros hermanos, y vuestros amigos; son Pandavas”. Diciendo esto, los munis desaparecieron.

»Cuando los Kurus vieron a aquellos muchachos presentados como los hijos de Pandu, los ciudadanos más distinguidos gritaron de alegría. Algunos, sin embargo, dijeron que no eran los hijos de Pandu; otros dijeron que lo eran; mientras que unos pocos preguntaban cómo podrían ser sus hijos siendo así que había muerto hacía tanto tiempo. Aún así, por todas partes había voces que gritaban, “¡En cualquier caso son bienvenidos! ¡Gracias a la Providencia podemos ver a la familia de Pandu! ¡Proclamemos su bienvenida!”. A medida que cesaban esas aclamaciones, las alabanzas de los espíritus invisibles, causando el resonar de los cielos, eran tremendas. había lluvias de fragantes flores, y sonido de conchas y tambores. Tales fueron las maravillas que ocurrieron a la llegada de los jóvenes príncipes.

»Habiendo estudiado los Vedas en su totalidad, así como muchos otros shastras, los Pandavas residieron allí, respetados por todos y sin miedo a nadie.

»La gente alababa la pureza de Yudhishthira, la constancia de Bhima, el coraje de Arjuna, la humildad y disciplina de los gemelos, Nakula y Sahadeva, y la obediencia de Kunti hacia sus mayores; y todos apreciaban sus virtudes heroicas.

»Al cabo de algún tiempo, Arjuna obtuvo a la doncella Draupadi, en un torneo de reyes, tras realizar una difícil proeza de tiro con arco. Desde entonces se ganó el respeto de todos los arqueros; y también en el campo de batalla era irresistible como el Sol. Y habiendo vencido a todos los reyes circundantes, consiguió todo lo que era necesario para que su hermano mayor, Yudhishthira, realizase el gran ritual llamado Rajasuya.

»Así, Yudhishthira, adquirió el derecho a realizar el Rajasuya que le proporcionó tesoros abundantes y méritos trascendentales. Su primo Duryodhana vino a este ritual; y cuando contempló la enorme riqueza que habían conseguido los Pandavas, le invadió la envidia y estaba muy descontento. Y cuando vio el pabellón que le construyó Maya, se llenó de ira.

»Llegó a oídos de Dhritarashtra que su hijo no podía disfrutar de nada y estaba adelgazando y perdiendo la salud. Y Dhritarashtra, por afecto hacia su hijo, dio su consentimiento para que jugase a los dados. Krishna, cuando se enteró de esto, se enfadó mucho, pero no hizo nada para evitar las disputas, sino que observó el juego y muchas otras horrendas e injustificables transacciones que siguieron: Y a pesar de Vidura, Bhishma, Drona, y Kripa, hizo que todos los Kshatriyas se matasen unos a otros en la guerra que vino después.

»Dhritarashtra, al oír la noticia del éxito de los Pandavas pensó sobre ello durante algún tiempo y luego le dijo a Sanjaya lo siguiente:

“Escucha, Sanjaya, todo lo que voy a decirte. Tú conoces los shastras, eres sabio e inteligente. Yo nunca quise la guerra. Nunca hice distinción entre mis propios hijos y los hijos de Pandu. Mis hijos eran voluntariosos y no me hicieron caso porque ya soy viejo. Ciego por mi afecto paternal, lo soporté todo. Al contemplar las riquezas de los hijos de Pandu, mi hijo quedó en ridículo e, incapaz de soportarlo e incapaz de vencer a los hijos de Pandu en el campo, y negándose a obtener su fortuna mediante su propio esfuerzo, con ayuda de Sakuni concertó un juego de dados injusto.

”He oído que sólo diez sobrevivieron a la guerra: tres de nuestro lado, y siete del de los Pandavas. ¡Dieciocho Akshauhinis (19) de Kshatriyas han sido aniquilados en ese horrendo conflicto!. Estoy sumido en la oscuridad, pierdo las fuerzas y mi mente se pierde”.

»Dhritarashtra, estaba invadido por una enorme angustia y le dijo a Sanjaya: “Después de lo que ha ocurrido, Oh Sanjaya, deseo poner fin a mi vida.”

»El sabio Sanjaya le dijo “Has oído hablar a Vyasa y a Narada de reyes que hicieron grandes hazañas; hombres de poderosas dinastías que habiendo conquistado el mundo por la justicia obtuvieron renombre y al final sucumbieron al dictado del tiempo. Príncipes de gran poder y sabiduría encontraron al final la muerte como lo han hecho tus hijos. Sus hechos heroicos, su valor, generosidad, magnanimidad, fe, veracidad, pureza, sencillez y misericordia, son cantados en el mundo, en los escritos de la antigüedad, por santos poetas de grandes conocimientos. A pesar de tener todas las virtudes esos hombres tuvieron que entregar sus vidas. Tus hijos eran malvados, encendidos por la pasión, avariciosos, y con todas las inclinaciones hacia el mal. Tú conoces los sastras, y eres inteligente y sabio; aquél cuya comprensión está guiada por los sastras nunca cae en la desgracia. Conoces la severidad del destino, por tanto no te corresponde esta angustia por la muerte de tus hijos. Además no debes apenarte por aquello que debe ocurrir: Pues ¿quién puede evitar con su sabiduría los decretos del destino?. Nadie puede dejar el camino que le ha marcado la Providencia. La existencia y la no-existencia, el placer y el dolor, todos tienen su raíz en el Tiempo. El Tiempo crea todas las cosas y el Tiempo destruye todas las criaturas. Es el Tiempo el que quema todas las criaturas y es el mismo Tiempo el que deja atrás al Tiempo que las quemó. Todos los seres, buenos y malos, en los tres mundos, son creados por el Tiempo. El Tiempo es el único que está despierto cuando todas las demás cosas están dormidas. El Tiempo pasa sobre todas las cosas sin jamás llegar tarde. Sabiendo, como sabes, que todas las cosas pasadas y futuras y todo lo que existe en el momento presente, son hijos del Tiempo, no es propio de ti que abandones tu razón”.

»Y hablándole de esta forma, Sanjaya, el hijo de Gavalgana, consiguió devolver la paz a la mente del rey Dhritarashtra. »

»Tomando esos hechos como tema, Dwaipayana compuso su sagrado Upanishad que ha sido dado a conocer al mundo por eruditos y santos poetas en los Puranas compuestos por ellos.

»En una ocasión se reunieron los seres celestiales con el propósito de poner en un plato de la balanza los cuatro Vedas y en el otro el Bharata. Y resultó que éste último pesaba más que todos los Vedas con sus misterios. Por ello, desde entonces, se conoce en el mundo como Maha-Bharata (Gran-Bharata) tanto por su gran tamaño como por el profundo significado de su contenido.

»Las austeridades no son por sí mismas perjudiciales, como tampoco lo es el estudio, ni los mandamientos de los Vedas, ni la adquisición de riqueza por medio del esfuerzo... pero cuando cualquiera de estas cosas se practica con abuso, se convierte en fuente del mal. »

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17 Upanishad: Enseñanza. Literalmente, “sentado cerca y más bajo”, en referencia a la posición de los discípulos alrededor del maestro cuando éste imparte su enseñanza (upa-, cerca + ni-, bajo + sad-, sentado). Sin embargo no cualquier enseñanza es considerada un upanishad en la tradición hindú, sólo aquellas de carácter místico o esotérico que enseñan la naturaleza de Brahma.

18 Muni: Sabio asceta.

19 Akshauhini: Ejército con un total de 109.350 hombres, 65.610 caballos, 21.870 carros y el mismo número de elefantes organizados en unidades de las cuales la más pequeña es un pelotón (Patti) que consta de 5 soldados de a pie, tres caballos, un carro y un elefante. Tres pelotones hacen una sección (Sena-mukha); tres secciones es una compañía (Gulma); tres compañías, un batallón (Gana); tres batallones, un regimiento (Vahini). Tres regimientos constituyen una brigada (Pritana), tres brigadas forman una división (Chamu), tres divisiones, un cuerpo (Anikini), y diez cuerpos es un Akshauhini. Así pues, los 18 akshauhinis se componían de un total de cerca de dos millones de hombres, más de un millón de caballos, cerca de cuatrocientos mil carros y el mismo número de elefantes.

lunes, 23 de abril de 2018

Vyasa y Ganesha

Introducción III

Vyasa y Ganesh

Sauti continuó:

—Después de haber analizado la Verdad eterna mediante austeridades y meditación, el noble Vyasa, hijo de Satiavati, concibió este sagrado poema del Bharata. Cuando lo hubo terminado, Vyasa comenzó a considerar en qué forma podría enseñárselo a sus discípulos. Conociendo su preocupación, el propio Brahma se apareció ante él. Vyasa, al verle, se sorprendió, y tras presentarle humildemente sus respetos y ofrecerle asiento le dijo: “¡Oh Brahma!, he compuesto un poema que explica los misterios de los Vedas, los rituales de los Upanishads, la naturaleza de la degeneración, del miedo y de la enfermedad; la existencia y la no-existencia, las leyes de la vida y el significado de los Puranas. Habla del ascetismo y de los deberes de los estudiantes; de las dimensiones del Sol, la Luna y las estrellas; de los seres celestiales y humanos. Habla de la guerra, de los distintos pueblos y lenguajes, de la naturaleza de las costumbres y del Espíritu que todo lo penetra. Todo eso está en mi poema, pero no puedo encontrar a nadie que sea capaz de tomarlo al dictado comprendiendo su significado íntegro.”

»Entonces Brahma dijo: “Sé que en este poema has revelado la palabra divina en el lenguaje de la verdad desde la primera letra. El tuyo será un poema que ningún poeta del mundo podrá igualar. Llama a Ganesh y él escribirá tu poema.” Y después de decir esto Brahma desapareció y regresó a su morada.

»Vyasa llamó mentalmente a Ganesh y cuando éste se presentó ante él, le pidió que tomase al dictado el poema que había concebido.

»Ganesh le contestó: “Lo escribiré con la condición de que no vaciles ni un momento al dictar.” A lo cual Vyasa respondió: “De acuerdo, pero yo también tengo una condición: que comprendas completamente lo que digo antes de escribirlo.” “Que así sea” dijo Ganesh, y Vyasa comenzó a dictar sus versos cargados de denso significado.

»Y algunos versos eran tan profundos y su significado tan misterioso que nadie, hasta el día de hoy, ha sido capaz de comprenderlos íntegramente. Incluso el omnisciente Ganesh necesitaba detenerse a pensar de vez en cuando para poder comprenderlos; estas pausas las aprovechaba Vyasa, para continuar componiendo muchos otros versos en su mente y así poder continuar el dictado sin vacilación. »






viernes, 13 de abril de 2018

Un sabio poeta ha oído recitar el Mahabharata

Introducción I y II

¡Om! Tras inclinarnos con reverencia ante Narayana y Nara, supremos entre los hombres, y también ante la diosa Saraswati, debemos decir: ¡Victoria!.

UN SABIO POETA HA OÍDO RECITAR EL MAHABHARATA

UGRASRAVA (4), hijo de Lomaharshana (5), también llamado Sauti, era un gran poeta y orador, conocido por sus maravillosos relatos de historias sagradas. En una ocasión, se dirigió al bosque sagrado Naimisha donde el erudito rey Saunaka, ayudado por sabios ascetas, realizaba un ritual védico de doce años de duración. Inclinándose humildemente, Sauti se acercó a aquellos ascetas, los cuales, al verle llegar a su recluida morada en la selva, se dirigieron al él deseosos de escuchar las maravillosas historias del gran Sauti. Éste, juntando las palmas de sus manos, saludó a aquellos sabios y se interesó por los progresos de su ascetismo.

Cuando todos los ascetas se hubieron sentado de nuevo, el hijo de Lomaharshana humildemente ocupó el asiento que se le había preparado. Viendo que el invitado se encontraba cómodo y descansado de su largo camino, uno de los Rishis (6) comenzó la conversación preguntándole:

— ¿De dónde vienes, venerable Sauti, y en qué sitios has estado? Cuéntanoslo todo. Ante esta pregunta, el elocuente Sauti, sentado en medio de aquella gran asamblea de ascetas contemplativos, dio una respuesta acorde con el modo de vida de aquellos santos:

— He estado en el Sacrificio de las Serpientes celebrado por el sabio rey Janamejaya, donde escuché las extraordinarias historias sagradas del Mahabharata, compuesto por Krishna Dwaipayana (7), y que fueron recitadas en su totalidad por su discípulo Vaisampayana en presencia de aquel gran rey. Después, recorrí diversos lugares y visité aguas sagradas y santuarios. Fui al país venerado por los renacidos y llamado Samantapanchaka donde antiguamente se libró la batalla entre los Kurus y los Pandavas. Tras eso, deseando veros a todos vosotros, a los que considero sabios auto-realizados, he venido a este lugar donde brilláis con el esplendor del fuego solar. Ya que habéis terminado por hoy vuestros cánticos y habéis alimentado el fuego sagrado, podéis tomar un descanso. Decidme pues, ¿de qué deseáis que os hable? ¿Queréis que os cuente las edificantes historias sagradas de la antigüedad? ¿Queréis que os hable de los principios universales de justicia, o quizás queréis que os relate los hechos de los ilustres santos y soberanos de la humanidad?

El rishi respondió:

— Deseamos oír la historia llamada Bharata compuesta por el maravilloso Vyasa (8) tal como se la oíste contar a Vaisampayana en el Sacrificio de las Serpientes del rey Janamejaya.

LA CREACIÓN DEL MUNDO

ENTONCES Sauti dijo:

— Primeramente rendiré homenaje al ser primordial Isana, fuente de todo lo que existe, el ser primordial Absoluto, el Único, Brahma, perceptible, imperceptible y eterno; que es a la vez existente y no existente; que es el universo y a la vez trasciende el universo existente y no existente; Creador, Anciano, Inexhaustible; que es venerado como Vishnu, benefactor y beneficencia, puro e inmaculado. Ante Él me inclino con reverencia.

»Os contaré el poema compuesto por el gran santo, venerado y honrado por todos, el ilustre y sabio Vyasa cuyo brillo es ilimitado. Algunos poetas han cantado ya este poema. Otros lo enseñan a sus discípulos y otros lo recitarán en el futuro. Es una gran fuente de conocimiento establecido sobre los tres mundos.

»En este mundo, cuando estaba desprovisto de luz y envuelto en las tinieblas, apareció como la primera causa de la creación un enorme huevo, la inextinguible semilla de todos los seres creados, formado al principio del Yuga y llamado Mahadivya (9). En él estaba la verdadera luz Brahma. De este huevo surgió Prajapati, Señor de las criaturas, con Suraguru y Sthanu. Después aparecieron los veintiún Señores de la creación, que son: Manu, Vasishtha, Parameshthi; los diez Prachetas, Daksha, y los siete hijos de Daksha. Después apareció el universo con su alma inmensa, los Viswe devas, los Adityas, los Vasus, y los gemelos Aswins; los Yakshas (10), los Sadhyas (11), los Pisachas, los Guhyakas, y los Antepasados. Después surgieron los más santos Brahmines, y numerosos reyes sabios dotados de las más nobles virtudes. Después apareció el agua, los cielos, la tierra, el aire, el cielo, los años, las estaciones, los meses, el día y la noche. Y así surgieron todas las cosas conocidas por el hombre.

»Y todo lo que se ve en el universo, animado o inanimado, al final del mundo y a la expiración del Yuga de nuevo desaparecerá. Y al comienzo de otros Yugas todas las cosas serán renovadas. Y así como los diversos frutos de la tierra se suceden en el debido orden de sus estaciones, así continuará perpetuamente girando en el mundo, sin principio ni fin, esta rueda de la existencia que causa el origen y el fin de todas las cosas.

»El total de los Devas (12) creados es treinta y seis mil trescientos treinta y tres. De los antiguos Vivaswans (13), Mahya fue el más joven. Su hijo fue Devavrata (“entregado a los dioses”). Éste tuvo a Suvrata (“estricto en el cumplimiento de su deber”) el cual tuvo tres hijos: Dasajyoti (diez luces), Satajyoti (cien luces), y Sahasrajyoti (mil luces), cada uno de los cuales produjo numerosos descendientes. De ellos descienden las familias de los Kurus, de los Yadus, y de Bharata; la familia de Yayati y la de Ikshwaku; también todos los Rajarishis. Numerosas fueron las criaturas engendradas, todas las cuales son lugar de residencia del Ser.

»El misterio de la Trinidad, los Vedas, el Yoga, el Dharma, Artha y Kama, así como las reglas de buena conducta de la humanidad e historias y discursos de tonos varios, todo lo cual fue contemplado por el Rishi Vyasa, se halla en este libro.

»Vyasa enseñó este ingente conocimiento tanto en forma abreviada como en forma detallada. Es deseo de los eruditos del mundo el poseer ambas formas. Algunos leen el Bharata desde el mantra o invocación inicial, otros comienzan con la historia de Astika, otros con la de Uparichara, mientras que algunos Brahmanas lo estudian en su totalidad. Muchos hombres ilustres muestran su conocimiento realizando comentarios de esta obra. Algunos tienen el don de saber explicarla mientras que otros tienen el don de recordarla íntegramente. »

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(4) “Ugrasrava”, literalmente “voz poderosa”.
(5) “Lomaharshana”, literalmente “pelos de punta”. Se cuenta que siendo discípulo de Vyasa, tan bien había aprendido todas las historias que cuando Vyasa se las oyó contar, se le pusieron de punta todos los pelos de su cuerpo. Por ello llamó a este discípulo Lomaharshana.
(6) Rishi: Sabio, vidente. Hombre inspirado o iluminado. Sabio que no necesita el aislamiento como el Sanyasi. Los rishis son el arquetipo de la Meditación externa. Contactan con “lo humano” y además son muy pedagogos. Pueden tener esposa e hijos. Entre los 7 grandes Rishis se encuentran Valmiki, Narada, Vasistha, etc.
(7) “Krishna Dwaipayana”, literalmente “El moreno nacido en una isla”.
(8) “Vyasa”, literalmente “El Compilador”, nombre por el que se conoce a Krishna Dwaipayana en referencia al hecho de que, según la tradición, fue él quien compiló los Vedas.

 (9) Maha: Gran, Divya: Brillo divino (fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Divya_(name)).
(10) Yaksha: Espíritu Elemental, gnomo.
(11) Sadhyas: Devas del espacio intermedio.
(12) Deva: Ser celestial. Pensamiento activo de la Divinidad sin voluntad propia. Los devas son pura acción.
(13) Vivasvan o Vaivasvata (uno de los hijos del Señor Sol) - progenitor del clan. Sus padres fueron el sabio Kashyapa, padre de todos los seres, y Aditi. Los 12 hijos de Aditi, los Adityas, son las divinidades solares, y ambos nombres Vivaswan y Aditya significan sol. En consecuencia, otro de los nombres de Vivaswan es Surya o el Sol, de aquí viene el nombre, Suryavansha.


domingo, 8 de abril de 2018

Vamos a leer el Mahabharata

Vamos a leer la mejor versión que hay en Español del Mahabharata. Como sabemos, la gran obra fue escrita originalmente en Sánscrito y muchos siglos después se hicieron traducciones completas al Inglés, junto con muchas versiones abreviadas; dentro de estas últimas, una estupenda es la de Kamala Subramaniam.

Esta versión resumida en Inglés, fue la base para las dos mejores versiones que hay en nuestro idioma, a saber, las de Julio Pardilla y Emilio Faro. El gusto del bloguero, sin embargo, lo hace quedarse con la de Emilio Faro, la cual tiene la virtud de que está publicada en la red (aquí el link) para que todo el que quiera, pueda leerla, lo que además dice mucho del alma elevada del profesor Emilio Faro. 

El archivo está en PDF y consta de 750 páginas. Aquí vamos a leer un capítulo semanal, porque estoy convencido de que ese solo capítulo que llegue a enganchar a un internauta, lo hará leer toda la versión del Mahabharata, lo que es el objetivo de este blog. Dar a conocer el Mahabharata o Quito Veda.

Para empezar, nada mejor que conocer el preámbulo que de su versión hace el profesor Faro: 

Preámbulo:

En mi primer viaje a la India, allá por 1984, encontré en una librería de Benarés la edición en doce tomos de la traducción del Mahabharata al inglés de Kisari Mohan Ganguli (1). Por diversas razones no me era posible comprarlos en aquél momento, pero pensé que algún día lo haría. En aquella misma librería hojeé un libro sobre Gurdjieff en el que se decía sobre el Mahabharata: “Lo que no se encuentra aquí no se encuentra en ninguna parte”. Esta frase se me quedó grabada en la mente y no fue sino mucho más tarde que supe que estas palabras provienen del propio Mahabharata.

En posteriores viajes a la India busqué en vano aquella versión de Ganguli que me había cautivado en Benarés. Sí encontré otras versiones, como la deliciosa traducción de partes escogidas de P. Lal, de apenas 250 páginas, de la que compré varios ejemplares y que leí con avidez y fascinación.

Por fin, en 1996, encontré en una librería de Connaught Place (Nueva Delhi) lo que ahora era una edición facsímil de aquella que había visto en mi primer viaje a la India (con la diferencia de que ahora estaba editada en rústica, en cuatro gruesos volúmenes). También vi en aquella librería una versión del Mahabharata en un solo volumen, más grande y de unas 750 páginas que destacaba entre todas las versiones “resumidas” que había visto. Esta versión me atrajo porque parecía algo intermedio entre la hermosa versión de P. Lal y la versión completa de Ganguli de varios miles de páginas. Dudando entre comprarlo o no, busqué en este volumen el capítulo del Bhagavad Guita (la parte del Mahabharata que mejor conocía) y hojeándolo por encima me satisfizo tanto que decidí comprarlo también. Esta versión intermedia, obra de la señora Kamala Subramaniam, parecía seguir muy de cerca al original al menos los episodios incluidos. Y según el prólogo incluía “todos los episodios y conversaciones importantes” y además “en algunos lugares no es un resumen sino el original".

La presente versión en español es, en su mayoría, una traducción de dicha versión en inglés de Kamala Subramaniam. Para realizar esta traducción he tomado como punto de partida una versión en español de Julio Pardilla publicada en 1997 por la editorial Edicomunicación en dos volúmenes. Esta obra se ajusta tan admirablemente al texto de Kamala Subramaniam, que si no fuera porque no hace referencia alguna a aquél, se diría que es su directa traducción al español. Además, pasando por alto cierto número erratas y errores, realmente transmite la belleza de la dramatización lograda por la prosa de Kamala Subramaniam. Durante varios años, en mi tiempo libre, me he dedicado a cotejar diversas fuentes, pulir la traducción y corregir errores.

A medida que avanzaba el trabajo y que consultaba otras versiones en inglés y en español (2) fue surgiendo el deseo de incluir algunos hermosos episodios del Mahabharata que, por no ser esenciales para el argumento central de la historia, no habían sido incluidos en la versión de Kamala Subramaniam. El propio Mahabharata nos dice que Vyasa compuso primeramente un poema llamado “Bharata” que contenía esencialmente la historia de los cinco Pandavas tal como ocurre en la obra de Kamala Subramaniam. Más tarde compuso otros poemas complementarios relatando historias de las generaciones anteriores a los Pandavas, historias de sus descendientes, notas aclaratorias, resúmenes e incluso un índice o “Libro de Contenidos” en verso. Esa versión ampliada es lo que es denominada por los eruditos el Maha-Bharata, o Gran Bharata.

Todos los episodios complementarios que he querido incluir en esta versión están sacados de la traducción completa de Ganguli. Algunos de ellos son parte del folclore que rodea al Mahabharata y que en la India se pueden oír en trenes o autobuses de boca de gente sencilla y a veces incluso analfabeta. Otros episodios, menos conocidos, tienen interés como textos complementarios que sitúan la épica en su contexto cultural. Otros, en fin, decidí incluirlos simplemente por su conmovedora belleza o la profundidad de su enseñanza. El resultado es la presente versión en la que intentando conservar el estilo ameno de Kamala Subramaniam ampliando su versión con los episodios o pasajes que se citan a continuación:

Introducción. Textos seleccionados del Adi Parva (primer libro del Mahabharata) traducidos de la versión de Ganguli con apoyo en el primer volumen de Van Buitenen.

Libro 1. Los Orígenes: Los Capítulos I y II no aparecen en la versión de Kamala Subramaniam. Aquí están traducidos de la obra de Ganguli con apoyo en la traducción de Van Buitenen y en las versiones de P. Lal y deW. Buck.

En el Capítulo IX, “Satyavati y Bhishma” la conversación entre Satyavati y Bhishma está ampliada respecto a la que aparece en la versión de Kamala Subramaniam.

Libro 5. El Consejo: Capítulo XII. Krishna y Vidura. Lo que en la versión de Kamala Subramaniam es la frase final: “Krishna dio por terminada la cuestión y después hablaron de muchas cosas.”, está ligeramente ampliado incluyendo la traducción completa del párrafo correspondiente a partir de la versión de Ganguli.

Libro 10. Después de la guerra: He indicado los puntos en donde comienzan los libros 10 a 18 de la obra completa.

VIGO, noviembre de 2008
EMILIO FARO

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(1) Disponible íntegramente en: Sacred Texts

(2) Kisari Mohan Ganguli, “The Mahabharata”; P. Lal, “The Mahabharata of Vyasa”; A. B. Van Buitenen, “The Mahabharata. 1. The Book of the Beginning”; W. Buck, “Mahabharata Retold by William Buck”; Jean-Claude Carrière, “El Mahabharata”; Lidchi-Grassi, Maggi, “La batalla de Kurukshetra”.


domingo, 1 de abril de 2018

El Mahabharata y la ciencia de hoy

Ilustración tomada del portal Ancient India

La mayoría de los científicos no lo admiten y tampoco los pseudo-intelecutales, pero lo dijo Albert Einstein: “La imaginación es más poderosa que el conocimiento”. Desde tiempos inmemoriales la humanidad ha estado experimentando con diferentes clases de guerras en todas las dimensiones posibles. En días remotos, hacer la guerra tenía más o menos la intención de eliminar el mal y establecer la verdad, para lo que se usaron armas altamente sofisticadas, en la mayoría de los casos, solo para evitar posibles destrucciones a gran escala y sus daños colaterales. En verdad, así era el poder y la tecnología que tenían miles de años atrás.

La influencia del Mahabharata

El Mahabharata es una de las dos epopeyas de la antigua India escrita en Sánscrito. Narra la guerra de Kurukshetra, además de los aspectos devocionales y filosóficos que enmarcan el objeto de la vida. En la guerra de Kurukshetra se usaron grandes cantidades de armas mucho más avanzadas y futuristas que las que hoy poseemos. De allá nos vienen los conceptos de astra (misil) y dhanush (lanzamisiles). Los astras eran armas de mano súper-naturales, que eran bendecidas por una deidad específica.

La función del astra era más que la de un misil. Se dice que los astras usados en el Mahabharata, probablemente usaron tecnologías que emitían los más peligrosos rayos, tales como los Gamma y otros, que tenían un poder especial de penetración. Algunos astras retornaban a la persona que los había lanzado, por ejemplo, el Chakra Sudharsana de Krishna. Este pudo ser similar a los misiles re-usables en que actualmente trabaja la Agencia Espacial India (ISRO, por sus siglas en inglés). 

¿Cómo pudo ser posible construir armas tan avanzadas, hace miles de años, sin el conocimiento de la compleja tecnología y sin poseer una infraestructura industrial de gran escala? Pues, bien, esas armas fueron guiadas por algún sistema alienígena de GPS de largo alcance y controladas por mantras, que son similares a lo que hoy en día conocemos por log in y passwords.

Los astras también fueron usados con propósitos defensivos similares al “Campo Tesla”, que se usa para destruir el misil enemigo que viene a destruirnos. El moderno “Campo Tesla” es una descarga eléctrica y cualquier objeto físico con que entre en contacto, recibe una descarga tan grande de energía, que al instante se vaporiza. También se puede comparar con el sistema aéreo de defensa anti-misiles de nuestra época.

La India posee un misil aire-aire llamado Astra, que ve el objetivo más allá del rango visual (Beyond Visual Range Air to Air Missile – BVRAAM).  Este Astra está diseñado para que alcance objetivos a diversas distancias y altitudes, permitiendo cortos y largos alcances (20 a 80 km.) Usa modos de propulsión alternativos y es tecnológicamente más sofisticado que la serie de misiles nucleares Agni.

Armas usadas en el Mahabharata

Astras como Brahmashira, Brahmastra, Pasupatastra, Vaishnavastra, Narayana Astra, Agneyastra, Vayavastra, Nagastra, Vajrastra, Varunastra, etc., se usaron en el Mahabharata junto con indicaciones positivas del uso de armas nucleares. De otra manera, ¿cómo pudieron morir cerca de un millón quinientas mil personas en solo 18 días? 

El grado de devastación encontrado en Mohenjo Daro es exactamente el de Nagasaki. El autor David Davenport, investigador británico que pasó 12 años estudiando las antiguas escrituras indias y recogiendo evidencias en el sitio que ocupó la gran ciudad de Mohenjo Daro, publicó sus hallazgos en 1979 en  un libro llamado “Atomic Destruction in 2000 B.C.”, en el que menciona que hay un epicentro, de unos 45 metros de ancho, donde todo fue cristalizado, fundido o derretido.

Barbarika, un personaje del Mahabharata, tenía la habilidad de marcar sus objetivos tanto para salvarlos como para destruirlos, con la ayuda de sus astras especiales. Consideremos, por ejemplo, que una de las armas del ejército indio es un misil de dos etapas llamado “Nirbhay”, que tiene la capacidad de elegir un solo objetivo en medio de muchos otros. También tiene la capacidad de rodear o circunvalar el objetivo y efectuar diversas maniobras antes de destruirlo.

El concepto Védico

Los Vedas (Veda significa conocimiento) se componen de cuatro antiguos textos indios, cuya datación más lejana está entre 1500 y 1200 A. JC., son también los textos más antiguos del hinduismo, y se conocen como en Rig, Yajur, Sama, y Atharva Vedas.

Los Vedas han influido a muchos genios, desde Tesla hasta Bohr, y los ha incitado a explorar nuevas perspectivas en ciencia y tecnología y a imaginar lo inimaginable. Bohr, Heisenberg y Schrödinger, leían regularmente textos Védicos. Heisenberg, dijo: “La teoría de los quanta no parecerá ridícula a aquellos que han leído el Vedanta” (Vedanta es la conclusión del pensamiento Védico).

Henry David Thoreau, dijo: “En las mañanas, sumerjo mi intelecto en la estupenda filosofía del Bhagavad Gita... en comparación con el cual... nuestro mundo moderno y su literatura son enclenques y triviales”.  

Julius Robert Oppenheimer, el principal desarrollador de la bomba atómica, dijo: “Los Vedas son el más grande privilegio de este siglo”. Cuando estalló la primera bomba atómica, Oppenheimer citó varios versos del Bhagavad-Gita, capítulo 11, entre ellos, este: “Yo soy la Muerte, la causa de la destrucción de todos los mundos...”

Cuando se le preguntó a Oppenheimer si la primera bomba atómica era la primera explosión nuclear, él, muy significativamente, respondió: “Sí, en tiempos modernos, sí”, con lo cual implicaba que en otras épocas habían ocurrido explosiones nucleares.

Se dice que Ciencia y Religión no son diferentes; lo que sucede es que la ciencia es muy joven para entender a la religión. El Mahabharata y los Vedas han influido a una generación de científicos y aún son relevantes en la creación de tecnologías futuristas y avanzadas para la humanidad, incluyendo las armas y las guerras modernas.  


Fuente: Del portal Business Insider India



domingo, 25 de marzo de 2018

Sanjaya


En Oriente el Bhagavadgita es leído con devoción por millones de personas diariamente. En Occidente el número de lectores no es tan elevado, aunque aumenta día a día, y estos nuevos lectores se sienten algo confundidos cuando lo primero que se lee del sagrado Bhagavadgita (Capítulo 1, verso 1) es:  

El Rey ciego Dhritarâshtra preguntó:
1. ¿Qué hicieron, ¡oh Sanjaya!, mis guerreros y los del ejército de los Pandavas para que así se hayan reunido ansiosos de pelea en la sagrada llanura, en el Campo de Kuru?
El Sabio Sanjaya contestó: 
...

En casi todos los casos, el nuevo lector se preguntará, algo confundido, quién es Sanjaya. Entonces se remitirá a la introducción al texto que tiene en sus manos, donde generalmente hay una descripción de los personajes principales, que son el Señor Krishna y Arjuna... pero con ellos siempre está Sanjaya.  

Sanjaya es un Suta(1), un sabio, un discípulo de Vyasa, un personaje secundario, pero sin el cual nada sabríamos del Mahabharata-Bhagavadgita... Aunque quizá estoy equivocado. Porque definitivamente no es un personaje secundario. Es tan principal como el mismo Yudhishtira o Duryodhana. Solo que es lo que hoy conocemos como una persona de ‘bajo perfil’, sin que esta denominación signifique ‘no importante’. Sabemos que el mundo está lleno de personas de bajo perfil que, sin embargo, son tan influyentes o más, que aquellos que están ante la vista de todo el mundo.

Sanjaya es el conductor del coche del rey Dhritarashtra y además su consejero. Es una relación apenas lógica de amistad que se ha fortalecido por años de constante compañía.

A punto de estallar la guerra, Vyasa fue a ver al rey Dhritarashtra en la capital, Hastinapura, que estaba lejos del campo de Kurukshetra, y le ofreció al rey visión divina para que, a pesar de su ceguera y la distancia, pudiera ver los sucesos en el campo de batalla. Pero el rey se negó. 

Entonces Vyasa le otorgó el don a su cochero y consejero, Sanjaya, quien desde entones narró todos los pormenores al rey ciego Dhritarashtra. Aquí resalta la analogía del rey ciego con la ignorancia y de Sanjaya con la visión interna.

El Mahabharata fue originalmente narrado por Vyasa quien lo dictó al Señor Ganesha. Con posterioridad, un alumno de Vyasa lo narró en el llamado ‘Sacrificio del Caballo’ ofrecido por el rey Janamejaya, y dentro de los que allí estaban presentes escuchándolo estaba Sauti, quien lo aprendió de memoria.

Después de un tiempo, Sauti llega al campo de Naimisha donde están reunidos varios santos que acaban de hacer un sacrificio, que cuando ven a Sauti, conocedores de que él sabe la gran historia de Bharata, le piden que la narre. 

Es aquí donde comienza El Mahabharata que todos podemos leer hoy día en sus diversas versiones, y que casi siempre se traduce: 

“Al bosque de Naimisha, donde se hallaban grandes sabios practicantes de arduos votos, llegó Ugrasrava, el hijo de Lomaharshana, llamado también Sauti, hombre bien versado en los Puranas. Se acercó a los sabios que descansaban después de haber asistido al sacrificio que duró doce años ofrecido por Saunaka...” 

Entonces todos escuchan a Sauti narrar el Bharata. Pero cuando llegan al pasaje del que estamos hablando, en el que Vyasa concede la visión divina a Sanjaya, la narración sigue por cuenta de este. 

Durante toda la guerra, Sanjaya tuvo la ingrata misión de narrar al rey Dhritarashtra la muerte de todos los amados jefes de su ejército: Bhishma, Drona, Karna y Salya, así como la muerte de sus cien hijos a manos de los Pandavas. Sin embargo, también Sanjaya fue quien consoló al rey en los momentos más difíciles.

A pesar de su devoción por el rey, Sanjaya nunca le escondió ningún detalle, por violento que fuera, y es conocido por su cruda franqueza al relatar los hechos. Tampoco le ocultó su opinión al rey, que los Kauravas serían destruidos por los Pandavas.

Casi todos los libros que narran la guerra (Bhishma Parva, Drona Parva, Karna Parva, Salya Parva) fueron narrados al rey por Sanjaya, y por supuesto a nosotros, los lectores. Cuando Duryodhana fue muerto, el lamento de Ashvatthama fue escuchado por Sanjaya, quien corrió al campo de batalla con el corazón destrozado. Con la muerte de Duryodhana, la gracia de visión divina en Sanjaya llegó a su fin.

Cuando en el sexto libro (Bhishma Parva) tuvo lugar el Bhagavadgita, momentos antes de iniciarse la guerra, ya Sanjaya tenía la visión divina y ya era el narrador, razón por la que en este santo diálogo aparece en todos los capítulos la frase, “Sanjaya dijo”. 

No podemos resistirnos a reflexionar sobre la analogía arriba citada de la visión interna, pues aparte de Arjuna, Sanjaya fue la primera persona en escuchar de labios del Señor Krishna todo el Bhagavadgita.  

¿Sanjaya es un personaje secundario? No. Es uno de los principales personajes del Mahabharata, un gran sabio, a pesar de ser un Suta. Esta es otra reflexión que deseo tocar tangencialmente: hoy día, que en el mundo no han dejado de existir las clases sociales, no importa si se es de la clase baja, se puede ser sabio, se puede tener visión interior. Se puede ser un grande e importante hombre (en términos espirituales) como lo fue Sanjaya y algunos otros héroes del Mahabharata, como tendremos oportunidad de mencionar más adelante en este blog.  

(1) Un Suta es un hijo de mujer Brahmana y hombre Chatria. Por tanto no es ni Brahmana ni Chatria, sino de casta inferior. Las dos ocupaciones más usuales de un Suta en el Mahabharata son: a) narrador, b) cochero.



viernes, 16 de marzo de 2018

El Mahabharata y los audiovisuales


El Mahabharata inicialmente fue transmitido de forma oral. Con el paso de los siglos fue puesto por escrito, y ya en plenos siglos XX y XXI, llegó al audiovisual. Pero la majestuosidad del original ha tenido que someterse a los modernos medios de comunicación, de tal manera que nunca ha podido transmitirse totalmente, primero, porque la naturaleza de la radio, el cine, el teatro y la televisión, no se prestan para tamaña obra, y segundo, porque los destinatarios, nosotros, ciudadanos de los últimos dos siglos, no estamos acostumbrados ni disponemos del tiempo para digerirla en su forma original.  Veamos algunas obras audiovisuales que están al alcance de la mano en YouTube:

Peter Brooks (Londres, 1925), uno de los directores de teatro más importantes del mundo, puso en escena el Mahabharata, en 1985, exhibición que duró 9 horas y que dejó asombrados y maravillados a los espectadores, en su mayoría personas relacionadas con las artes, que habían comprado boleto a sabiendas de que irían a estar en un espectáculo de duración tan inusitada. Luego de este éxito, comenzó la representación en diversas partes del mundo durante 4 años. Más adelante, en 1989, Brooks llevó la obra al cine, reduciéndola a 5 horas. Aquí el link, que además está al al lado derecho del blog.

La serie india de televisión ‘Mahabharata’, de 1988, tuvo tal éxito, que se dice que en horas de su transmisión, las calles de las ciudades en India se veían despobladas. Fueron 94 episodios de aproximadamente 45 minutos, que duraron 2 años transmitiéndose, entre octubre de 1988 y junio de 1990. Fue producida por B. R. Chopra y dirigida por su hijo Ravi Chopra. Es de resaltar que en el Reino Unido también fue exhibida en 1991, por la BBC, con ratings que llegaron hasta los 5 millones de personas. Esta serie está en YouTube con subtítulos en español, que aunque no muy buenos en su traducción, sin embargo, se dejan entender. Solo se encuentran 23 de los 94 episodios, que de todas formas sirven de abrebocas. 

Lo mencionado más arriba, que los medios de comunicación actuales no están hechos para narrar completamente el Mahabharata, no deja por fuera ni siquiera al libro, que es el medio tradicional por excelencia. 

La traducción completa en inglés, de Kisari Mohan Ganguli, en PDF totaliza 5818 páginas. Como se desprende de este hecho, publicar un libro de este tamaño no es muy comercial. Recordarán que en entrada anterior, comenté someramente sobre los libros resumidos del Mahabharata que hay en nuestro idioma, resaltando la versión del profesor Emilio Faro, de 750 páginas, y que pueden encontrar en el link que aquí pongo y que también se encuentra al lado derecho de este blog. 

Una muy buena noticia, es que este maravilloso trabajo del profesor Emilio Faro ha sido llevado al audiolibro en forma completa, es decir, las 750 páginas en 6 audios de 5 horas. Aquí les dejo el link, que también pongo al lado derecho del blog.

También se encuentran en YouTube muchas otras versiones del Mahabharata, pero estas dos últimas, la película de Peter Brooks, y el audio del libro de Emilio Faro, me parecen dignas de ser apreciadas, si queremos tener una visión bastante buena del Mahabharata desde el audiovisual.

Para quienes no tienen el hábito o el tiempo de leer, el Mahabarata en medio audiovisual, hará que en pocos días entren en la médula de esa obra divina de todos los tiempos. 


martes, 13 de marzo de 2018

BISHMA


En la entrada anterior hablamos de Satyavati, pero también mencionamos a Bishma, uno de los personajes más importantes del Mahabharata, por lo que vamos a dedicar esta entrada a complementar la biografía del gran Devavrata, como se llamaba antes de su voto de castidad, el gran héroe. 

Recordemos que su madre, Ganga, ahogó a 7 bebés antes de que naciera Bishma. Pero hay una explicación para tan terrible historia:

Cierta vez, los ocho Vasus visitaron al sabio Vashishta. La esposa de uno de ellos se encaprichó con la vaca preferida por el sabio y pidió a su esposo Prabhasa, que la robara. Este cumplió los deseos de su esposa y robó la vaca con la ayuda de sus hermanos. Como consecuencia, el sabio los maldijo a todos a nacer como humanos. Pero ellos imploraron clemencia y el sabio, ablandándose, les permitió que solo vivieran por muy poco tiempo entre los humanos. 

En cuanto al mayor culpable, Prabhasa, el sabio Vashistha no se ablandó, sino que por el contrario, lo condenó a vivir muchísimo más que cualquier otro humano. Se entenderá, entonces, la razón para que los bebés de Ganga murieran casi de inmediato. En cuanto a Prabhasa, para que se cumplirá la maldición, le correspondió ser salvado de la muerte por su padre, Zantanú, y vivir como Devavrata o Bishma.

Entonces, el gran Bishma, conocido entre otras muchas cosas por su desmesurado voto de castidad (ver entrada anterior), también iría a tener una larguísima vida. Bishma no era un humano común. Tal vez no era humano aunque lo pareciera. Cuando Ganga lo llevo con ella después de que Zantanú le salvara la vida, se dedicó a impartirle la mejor educación que pudiera tener un príncipe. Veamos quienes fueron sus ‘modestos’ maestros:

Brihaspati, preceptor de Devas, y Shukracharya, preceptor de Asuras, le enseñaron los deberes de un rey o ciencia política. El sabio Vashishta y Chyavana, el hijo de Bhrigu, le iniciaron en los Vedas. Sanatkumara, el hijo mayor de Brahma, le enseñó las ciencias mentales y espirituales. Markandeya, quien obtuvo el don de la eterna juventud por parte del Señor Shiva, enseñó a Devavrata los deberes de los Brahmanes. Parashurama, de la raza Bhrigu, lo inició en las artes de la guerra. Y, finalmente, pero no menos importante, el dios Indra le entregó a Devavrata el conocimiento de armas celestiales.

El nombre ‘Bishma’ significa “el hombre del extremo juramento”, y fue adoptado después del extremo voto de castidad que hizo, según vimos en la entrada anterior. Este voto impresionó tanto a los dioses, que le fue otorgado el don de tener control sobre el día de su muerte. El otro voto que hizo Bishma, fue el de ver en todo ocupante del trono de Hastinapura a su padre  Zantanú, y servirle a él y al reino como a su propio padre.

Cuando se realizó el Swayamvara de Amba, Ambika y Ambalika, y no fue invitado su hermanastro, el rey Vichitravirya, Bishma montó en cólera y asistió al evento para raptar a las tres doncellas y traerlas ante su hermanastro. Todo esto no sin antes haber  derrotado en batalla a todos los príncipes allí presentes, dentro de ellos Salwa, el prometido de Amba.

Cuando una vez cometido el rapto Amba le confesó a Bishma que ella y el príncipe Salwa estaban comprometidos, Bishma la dejó en libertad. Pero cuando ella llegó ante su prometido, este la rechazó. Así que Amba, presa del dolor, volvió donde Bishma y le dijo que por ser él el culpable de su situación, debería, por lo menos, casarse con ella. A lo que Bishma, por su voto de castidad, se negó. Aquí hay que entender el contexto histórico del Mahabharata, para apreciar la situación infeliz en que se encontró de pronto Amba.

Y se sintió tan absolutamente pisoteada y desventurada, que juró vengarse de Bishma, así se le fuera toda la vida en lograrlo y si no le alcanzara la vida, en su siguiente encarnación seguiría buscando venganza. Así que después de dedicarse por muchos años a poderosísimas disciplinas ascéticas, llamó la atención del Señor Shiva, que enterado de la historia de Amba, le aseguró que en su próxima vida nacería como hombre, que su nombre sería Shikandi, que recordaría su anterior vida y que sería instrumento para la muerte de Bishma.

A pesar de que Bishma era un renunciante, le correspondió criar a sus nietos, los hijos de Dhritarashtra y los hijos de Pandú, es decir, a los Kurus. Dentro de su labor educadora, admitió y acogió a Drona como el instructor de armas y guerra de los jóvenes príncipes, siendo Drona otro de los personajes vitales del Mahabharata. Con el paso del tiempo y ya en su adultez,  gracias al mal corazón de uno de los jóvenes príncipes, Duryodhana, los Kurus se dividieron en los dos bandos que se enfrentaron en la terrible guerra del Kurukshetra: los Kauravas y los Pandavas.

Durante el famoso juego de dados, en el cual de manera tramposa Duryodhana despojó del derecho al trono a su primo Yudhishtira y, entre otras humillaciones, irrespetó a su esposa, Draupadi, y expulsó a los Pandavas del reino, Bishma mantuvo un silencio inexplicable. Por esta razón ha sido duramente criticado y su enorme figura no deja de mostrar esa gran mancha. Pero una de las virtudes del Mahabharata es que sus personajes no son perfectos, ni aun uno solo.  Aunque Bishma puede alegar en su defensa, que había jurado defender al ocupante del trono como a su propio padre. En este caso, el rey ciego Dhritarashtra, padre y alcahuete de Duryodhana.

Durante la guerra, Bishma fue el Comandante Supremo de los ejércitos Kurus. Gracias a su educación y destrezas tanto para la guerra como para la paz y a pesar de ser 5 generaciones mayor que los demás, es decir, el gran abuelo, el padre de todos, no tenía rival que pudiera enfrentarlo. Él solo mataba a 10 mil soldados de a pie y a mil aurigas  diariamente, pero no mataba a ninguno de los príncipes Pandavas, pues su amor por ellos era más fuerte. Ante este hecho, Duryodhana lo criticaba amargamente.

Pero los Pandavas también amaban con todo su corazón al abuelo, y aunque alguno de ellos fuera rival para él, ninguno hubiera atentado contra su vida. Y si alguno hubiera hecho el atentado, con seguridad Bishma iba a sobrevivir, pues solo él podía elegir el momento de su muerte. Así que en determinado momento, la guerra estaba en un punto muerto. Reflexionando sobre este hecho, los Pandavas decidieron consultarlo con el mismo Bishma y fueron a visitarlo.

Bishma lo sabía. Sabía que él era un obstáculo pues ellos no lo iban a matar, y mientras él viviera, la guerra seguiría, así fuera en un punto muerto. Entonces el abuelo, el gran Bishma, el hombre del extremado juramento, hizo algo de acuerdo con su grandeza: les dijo cómo podrían matarlo. Les dijo que si se ponía frente a él una mujer, él bajaría sus armas y entonces podrían eliminarlo.

Amba fue la mujer, aunque ahora era hombre y se llamaba Shikandi. Arjuna, el guerrero más diestro de los Pandavas, puso a Shikandi frente a su carro y fue a enfrentar al abuelo. Cuando Bishma vio a Shikandi, y conocedor de quién había sido él (ella) y de su juramento anterior, no tuvo más remedio que bajar sus armas. Entonces Arjuna le disparó miles de flechas y el gran Bishma, el hombre del extremado juramento, el hombre que podía decidir su muerte, y el hombre sin par en la tierra, cayó abatido y al caer, lo hizo sobre las flechas que tenía clavadas en la espalda y sobre ellas quedó suspendido: quedó yacente en un lecho flechas. Aun así, siguió vivo, esperando la mejor posición de los planetas para desencarnar. Por eso tuvo tiempo de dar sabios consejos a Yudhisthira, entre varios temas, sobre el manejo del Estado y los deberes de un Rey.

Bishma es tomado como ejemplo de la devoción y el sacrificio. La compensación por la acumulación de energía gracias a su voto de castidad fue que se convirtió en el hombre más fuerte de su era (aquí ‘fuerte’ se debe entender no solo respecto a la parte física, sino a la emocional, la intelectual y la espiritual). Tenía todas las condiciones para ser el rey más poderoso de la tierra y combinó en él algo inusual: era a la vez un chatria (guerrero) y un asceta. Es triste ver el espectáculo de un hombre como él vivir una vida solitaria, llena de frustraciones y tristezas. Pero esa fue la maldición que le lanzó el sabio Vashistha en su anterior vida. Pero lo asombroso y ejemplar es que su vida transpiró el Dharma hasta último momento.  

A pesar de su gigantesca talla humana, de ser un erudito, un asceta, un político, un guerrero, cuya vida dedicó al Dharma, no dejó de cometer sus errores: cuando raptó a las princesas, entre ellas Amba; cuando guardó silencio ante el tramposo juego de dados y ante el vilipendio de Draupadi; y el peor de todos sus errores: cuando falló en erradicar el odio que Duryodhana incubó y desarrolló por sus primos los Pandavas. 

Pero en el balance final, fue un bueno y extraordinario hombre, maestro de todos nosotros: de los de su época y de los de la nuestra. Por eso se le conoce también como ‘achraya’ (maestro). ‘Bishmachraya’. Hoy en día hay fiestas religiosas en su honor en la India, y muchas ceremonias auspiciosas para tener un hijo con sus cualidades. Su nombre es muy popular entre los indios, y se han hecho numerosas películas, en la India, sobre su vida.



Artículo adaptado del portal Vyasa Mahabharata in Kannada



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